El Internet de las Cosas se acerca por todos los costados en nuestra vida diaria y la verdad que esto es sólo el comienzo. Así que paremos un minuto a evaluar el IoT. ¿Qué es realmente? El término Internet de las Cosas se puede rastrear hasta Kevin Ashton, un inglés que lo mencionó en 1998 cuando trabajaba en el MIT. Ashton reconoció que estábamos en la cúspide de un movimiento en que los objetos y dispositivos pronto estarían todos conectados en forma digital. Pero la realidad es que presenciamos el primer paso hacia el IoT cuando en 1970 Wrigley puso un código de barras en los chicles, siendo el comienzo de las empresas poniendo una huella digital en un objeto inanimado.
Gracias a la Ley de Moore, el costo del poder computacional bajó y se acopló tecnología de conectividad como Wi-Fi, 3G y 4G para conectar más objetos que nunca. Ahora unimos todos esto bajo una red en la nube y tenemos el ambiente general para el IoT moderno. La nube es un elemento crucial que permite el almacenaje y análisis de flujo masivo de la información. Conforme a Intel, tendremos cerca de 200 mil millones cosas conectadas para el 2020. ¿Entonces qué significará esta explosión de conectividad para las empresas y las cadenas de suministro?
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Existirá una enorme ola de información fluyendo a las redes. Ya existe actualmente un exceso de información y a medida que más dispositivos estén conectados, la pila de datos continuará creciendo y hará falta un sistema para poder manejar esta inundación de datos.
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Las empresas deben evitar caer en la trampa de juntar y buscar datos arbitrariamente. El término “parálisis de análisis”, podría tomar una nueva dimensión en el futuro. Siempre habrá un dato adicional para buscar antes de tomar una decisión. Las empresas deben parar y pensar, si es que existen más datos y si pueden ser útiles, pero al final del día, todo se resume en hacer las preguntas adecuadas y recolectar la información que se precisa.
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Emergerá un nuevo ecosistema entre las empresas que brindan el hardware para levantar los datos, las empresas que cuentan con los datos y los micro ecosistemas del IoT. Este ecosistema traerá nuevas oportunidades, pero también presentará posibles inconvenientes a medida que las empresas navegan hacia un mundo impulsado por el IoT.
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El IoT iluminará partes de las redes, que de otra forma estarían en la oscuridad. Con estas secciones de la red activadas, las empresas y las cadenas de suministro pueden lograr mayor agilidad.
El IoT ya ha evolucionado considerablemente y será clave en cómo las redes se desarrollan y se vuelven aún más digitales. Las empresas deben considerar esta estrategia del IoT. ¿Qué harán con el acceso adicional a esta información?, ¿qué será del tema de seguridad y privacidad?, ¿puede el IoT generar nuevos procesos y modelos para las cadenas de suministro?
A pesar de esta nueva tendencias y moda, el IoT es sólo un medio para lograr un fin. La nueva tecnología ofrece tanto potencial como inseguridad y las empresas deben determinar qué valor pueden lograr al invertir en el IoT.
Fuente: TrendTIC