No, no es un error. Y es que ahora, cuando apenas estamos tratando de entender la cuarta revolución industrial, ya viene la quinta.
La primera revolución industrial comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII y duró de 1750 a 1850. La segunda revolución industrial se inició en la segunda mitad del siglo XIX y se prolongó desde 1850 hasta 1950. Este período se caracterizó por la consolidación del progreso científico y tecnológico.
Transcurrieron aproximadamente 200 años entre la primera y la segunda revolución industrial.
La tercera revolución industrial se inició a mediados del siglo XX. Fue entonces cuando ocurrió un gran avance en la ciencia, la tecnología, la llegada de las computadoras, la creación de Internet, el software y los dispositivos móviles, la robótica y la electrónica.
Estamos ahora viviendo el final de la tercera o el comienzo de la cuarta revolución industrial (4RI, también conocida como Industria 4.0), dependiendo de a quien le pregunte, y estamos en la antesala de la quinta revolución industrial.
No hace falta ser muy erudito para ver los cambios disruptivos que trae la 4RI, con la fusión de tecnologías que desdibujan las líneas entre lo físico, lo digital y lo biológico. Todo y todos en este planeta se está conectando y esparciendo flujos masivos de información digital en una escala inimaginable hasta hace muy poco tiempo. Facebook, actualmente, tiene más población que China o India. Los avances en inteligencia artificial (IA) y robótica están rompiendo las barreras hombre-máquina y aumentado el potencial humano.
Al mismo tiempo, esta democratización de la tecnología y aplanamiento de nuestro mundo no garantiza una sociedad global más abierta, diversa e inclusiva.
Los avances en IA y robótica están rápidamente consumiendo empleos y ampliando, aún más, la brecha de desigualdad económica. Mientras muchos trabajos serán eliminados o transformados, aparecerán nuevos tipos de empleos que requerirán otro conjunto de habilidades. Se calcula que el 65% de los niños, entrando en educación primaria hoy, tendrán que prepararse para trabajos en categorías que todavía no existen.
La pregunta es si los consumidores confiarán en estos nuevos sistemas de IA y robótica para incrementar el esfuerzo humano o, por el contrario, le temerán. Del mismo modo, hay que preguntarse si los ciudadanos creerán en sus instituciones y proveedores de servicio para mantener la privacidad de su data. Hay que esforzarse para establecer marcos regulatorios de cómo se gestionarán de manera transparente estas tecnologías y desarrollar modelos de seguridad que nos permitan tener confianza en que estos sistemas no serán hackeados, se saldrán de control o se convertirán en herramientas de opresión de aquellos que las controlan.
La gente está perdiendo la fe en el futuro. Se pregunta si toda esta nueva tecnología es el camino a un mejor porvenir para todos o solo para algunos que están preparando la reformulación de nuestro mundo.
Probablemente la 4RI hará salir muchos humanos fuera de la industria, pero la 5RI los pondrá de vuelta.
Esta quinta revolución industrial se pregunta: ¿cómo podemos hacer un mundo “mejor”, en lugar de solamente “más eficiente” o “más productivo”?
La 5RI es tan nueva que incluso los expertos a escala mundial están tratando de encontrar una definición común de lo que será. Una de las más ampliamente aceptadas es la de Genpact, que propone a la 5IR como el momento en que las máquinas y los humanos se combinan en el sitio de trabajo.
La 4RI y la 5RI se desarrollarán de manera simultánea, con la 5RI definiendo la ética y el impacto de la tecnología desarrollada en la cuarta. No solo afectará cómo las máquinas son usadas para crear productos, sino cómo vivimos en general.
Lo cierto es que estamos en presencia de las etapas iniciales de una 5RI, que implica una mayor y estrecha colaboración entre las tecnologías inteligentes y los seres humanos, y no la sustitución de este último. Las nuevas tecnologías inteligentes les presentarán a las personas varias opciones factibles, para así guiar sus decisiones sobre cómo proceder de la mejor manera. En este entorno 5.0 de colaboración entre personas y tecnologías inteligentes, todos los procesos se ejecutarán más rápido, las decisiones serán mejores y los resultados, mucho mayores.
La 4RI se queda más a escala industria, y la 5RI llega hasta la sociedad en general, es decir, que impactará la vida de todos los seres humanos. Si se analiza desde la perspectiva empresarial, no cabe duda de que los modelos de negocios actuales tendrán que sufrir grandes transformaciones, porque si ya la era digital les está dando a los consumidores tanto poder como para forzar a las empresas a salir de su zona de confort, hay que visualizar y anticipar lo que sucederá cuando la 5RI los termine de empoderar.
La 5RI podrá estar todavía en su infancia y es complejo imaginarse lo que realmente pasará con esto de las revoluciones tecnológicas, pero lo mejor sería estar preparados o, por lo menos, informados.
Así que, en lugar de esperar dos siglos entre revoluciones industriales, la visión es que estemos por vivir dos revoluciones industriales de forma paralela.
Estamos en una encrucijada resumida brillantemente en la frase de Mario Benedetti: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”.
Fuente: El Nacional