Unos detectores innovadores que localizan una fuente de radiación rápidamente, en segundos, podrán reducir el riesgo de la exposición a la radiactividad para las personas cuya actividad laboral incluye situaciones potenciales con materiales radiactivos. Los nuevos detectores reforzarán la vigilancia robótica de los niveles de radiactividad.
“Es más fácil hallar una aguja en un pajar si el pajar es pequeño”, afirma Jonathan Dowell, científico del Laboratorio Nacional estadounidense de Los Álamos e inventor de la nueva clase de detectores. Con su comentario se refiere a la capacidad de los detectores para revisar áreas específicas eliminando al mismo tiempo el “ruido de fondo” o la radiación que se produce de forma natural.
En los detectores, una serie de sensores direccionales parecidos a los focos de un faro pueden escanear a través de un ángulo estrecho en busca de radiación. El Laboratorio utiliza estos detectores a bordo de robots HAZMAT de atención de emergencias así como para llevar a cabo prospecciones geológicas.
Por su pequeño tamaño, los detectores de radiación son fáciles de transportar y utilizar.
En una prueba que se efectuará antes de que acabe este año, los nuevos detectores serán usados en un robot para rastrear materiales radioactivos en el lugar de Nuevo México en Estados Unidos donde en julio de 1945 se provocó por vez primera una explosión nuclear, una prueba que precedió al uso de bombas de este tipo para atacar a Japón un mes más tarde. Además de la importancia histórica de medir trazas diminutas de tales materiales, la prospección demostrará la capacidad de comprobar grandes áreas en un corto periodo de tiempo, eliminando a la vez la necesidad de que entren trabajadores en el lugar, al poderse ocupar de ello robots debidamente equipados.
Fuente: noticiasdelaciencia