Expertos del Instituto Riken y la Universidad de Tokio han conseguido células de 3 micrómetros de espesor. Un grupo de investigadores japoneses del Instituto Riken en conjunto con la Universidad de Tokio ha conseguido desarrollar una célula solar que se puede ‘pegar’ en tela como si de un parche se tratara, este descubrimiento permite colocar en ropa con una resina con el mismo método que se utiliza en un serigrafiado, impresión por transferencia de calor, otra de sus cualidades es que se son maleables, se pueden doblar o estirar sin causar graves daños en su estructura y seguir con sus funciones.
Según el grupo de investigación creador de estas células, su maleabilidad, el peso y resistencia a altas temperaturas, hasta 100 grados centígrados sin degradarse, las hacen ideales para colocarlas en ropa, de esta forma podríamos alimentar pequeños instrumentos tecnológicos sin necesidad de cargar con baterías portátiles extra, por ejemplo móviles o tablets.
El nacimiento de este componente ultrafino es producto de la creación de células fotovoltaicas que el mismo Instituto diera a conocer hace unos meses, las que explicaron se podían meter en la lavadora y poder seguir su uso tras ello. Éstas células tienen un grosor aproximado de 3 micrómetros, lo que reduce considerablemente peso y volumen, están revestidas por ambos lados por películas impermeables y que al mismo tiempo se pueden estirar.
Introducción en el mercado.
Para Takao Someya, miembro del grupo de investigadores y profesor de la Universidad de Tokio, “las células solares orgánicas se pueden producir con bajos costes” y anticipa la introducción de su producto al “gran mercado” en breve.
A pesar de ser sumergibles en agua o comprimirse sin aparentes daños, su deterioro aún es rápido, por lo que el siguiente paso del equipo es la mejora de la resistencia al agua y aumento de vida útil meta que se plantean conseguir para antes de 2020 y realizar su uso en general a partir de ese año.
Fuente: Ecoinventos