Una nueva técnica posibilita doblar láminas de vidrio para obtener formas complejas o poco convencionales con la ayuda de rayos láser. Esto abre paso a toda una amplia gama de productos potenciales para arquitectos y diseñadores. Los creadores de la técnica están aprovechando una cualidad particular que posee el vidrio, y es que se vuelve viscoso, y por tanto maleable, al ser expuesto a altas temperaturas. Unos cálculos precisos y la gravedad hacen el resto.
Un rayo láser se mueve a través de la superficie del vidrio con absoluta precisión, siguiendo una trayectoria programada. De cuando en cuando, el rayo se detiene, cambia de posición y continúa. La lámina de vidrio de 4 milímetros de grosor se halla en un horno que ha sido precalentado hasta justo por debajo de la temperatura que hace que el vidrio se derrita. El vidrio empieza ahora a ablandarse en los puntos que ha calentado el láser y, gracias a la gravedad, las porciones calentadas se hunden como si estuvieran hechas de miel espesa. Una vez se ha alcanzado la forma deseada, el láser es apagado y el vidrio se solidifica de nuevo. El resultado es un objeto de vidrio con una complejidad de formas fascinante.
Así es como los láseres pueden utilizarse para ayudar a moldear sin apenas límites láminas de vidrio en un proceso desarrollado por el Instituto Fraunhofer para la Mecánica de los Materiales (IWM) en Friburgo (Alemania). Todo el proceso está basado en una característica física del material; a diferencia del metal, por ejemplo, el vidrio no posee un punto de fusión definitivo en el que se licúe. Cuando se le expone a un cierto intervalo de temperaturas, solo se ablanda y se vuelve maleable.
La técnica, ideada por el equipo de Tobias Rist, del IWM, permitirá a los arquitectos y también a los diseñadores industriales hacer uso de formas que previamente eran difíciles o caras de producir.
Fuente: Noticias de la ciencia