Esta construcción desarrollada por científicos británicos a partir de materiales naturales permite crear tejidos y sensores con la capacidad de soportar altas tensiones.
Un equipo de arquitectos y químicos de la británica Universidad de Cambridge ha diseñado fibras superelásticas y fuertes que están compuestas, casi por completo, de agua y que podrían usarse para hacer tejidos y sensores, entre otros materiales, según un estudio que publica esta semana la revista PNAS.
Las fibras parecen cables elásticos en miniatura que pueden absorber grandes cantidades de energía, son sostenibles, no tóxicas y pueden fabricarse a temperatura ambiente.
El nuevo método para crear estas fibras mejora los ya existentes para hacer seda de araña sintética pues no supone procedimientos que requieran mucha energía o el uso generalizado de disolventes dañinos.
Además, podría suponer una mejora sustancial de los métodos para fabricar todo tipo de fibras sintéticas, según un comunicado de la universidad.
La tela de araña es una de los materiales más fuertes de la naturaleza y los científicos han tratado de reproducir sus propiedades, logrando diferentes niveles de éxito, pero aún no han sido capaces de “recrear totalmente la elegancia con que las arañas hilan su tela”, indicó uno de los autores del estudio, el doctor Darshil Shah.
Las fibras diseñadas por el equipo de expertos se “hilan” a partir de un material llamado hidrogel, que está compuesto en un 98% de agua y el resto es sílice y celulosa, ambos materiales disponibles en la naturaleza. Las interacciones químicas entre los diversos componentes permiten que del gel se puedan extraer largas fibras.
Dichas fibras se extraen del hidrogel formando unos hilos largos y muy delgados -con un diámetro de unas pocas millonésimas de metro- que tras la evaporación del agua en unos segundos deja como resultado una fibra que es a la vez resistente y flexible.
“Aunque nuestras fibras no son tan fuertes como la más fuerte tela de araña, pueden llegar a soportar tensiones en un rango de 100 a 150 megapascales, similar a lo que aguantan otras sedas naturales y sintéticas”, con la diferencia de que estas no son tóxicas y consumen menos energía en su fabricación, indicó Shah.
Además, tienen una alta capacidad de amortiguación, al contrario que otras fibras sintéticas, lo que supone que puede absorber importantes cantidades de energía, similares a un cable elástico.
Fuente: INVDES