Mucho se está hablando de un futuro próximo en el que los coches eléctricos y sobre todo los coches autónomos dominarán nuestras carreteras, pero parece que hay quien cree que ese es tan solo un primer paso hacia el verdadero futuro: los coches voladores.
Larry Page es uno de los que apuestan por este futuro, porque lleva tiempo invirtiendo en secreto en una empresa llamada Zee.Aero. Esta startup inició su andadura en 2010 y lo hizo con el objetivo de crear un avión/coche eléctrico capaz de despegar y aterrizar en vertical.
Coches voladores por doquier
La empresa ya dispone de dos prototipos eléctricos con los que ha realizado pruebas de vuelo, pero por el momento su actividad no es especialmente conocida aunque sus recursos son cuantiosos: el propio Page ha invertido más de 100 millones de dólares según las filtraciones publicadas en Bloomberg.
Page no solo ha apostado por esta startup, sino que también lo ha hecho en Kitty Hawk, competidora de Zee.Aero y que entre otras cosas está presidida por Sebastian Thrun, un conocido experto en coches autónomos que fundó la división secreta de Google dedicada a la investigación (Google X) y que por lo visto se ha llevado a parte del equipo que trabajaba en el coche autónomo de Google.
El co-fundador de Google no es el único interesado en este segmento, y el propio Elon Musk también parece apostar por ese futuro, pero aquí las dificultades son mucho mayores, sobre todo porque la regulación aérea es especialmente sensible a este tipo de aparatos -mirad lo que está ocurriendo con el segmento de los drones- así que parece que ese sueño de Page y Musk tardará en llegar… si es que algún día llega.