La predicción de que en 2050 nuestro planeta estará poblado por más de 9 mil millones de personas es bastante confiable. Esto planteará serios problemas con el suministro de alimentos, agua y energía, particularmente en los países menos desarrollados. Teniendo en cuenta que la presión humana sobre los recursos naturales ya ha alcanzado niveles críticos, agencias internacionales como el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) están solicitando investigación científica para identificar soluciones innovadoras para apoyar al sector primario.
La nanotecnología es un campo en rápida evolución con el potencial de llevar adelante la agricultura y la industria alimentaría con nuevos desarrollos de softwares y nuevas herramientas que prometen aumentar la producción de alimentos de manera sostenible y proteger los cultivos de las plagas.
La literatura científica reciente proporciona respuestas específicas que informan oportunidades prometedoras para la nanociencia y la nanotecnología para mejorar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. Desde una perspectiva cuantitativa, al examinar el crecimiento de la literatura científica sobre nanotecnología, parece claro que el interés en la investigación en este campo creció significativamente entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI
En comparación con otros campos de aplicación de la nanotecnología, como la medicina, los materiales y la energía, la agricultura sigue siendo un sector marginal. Sin embargo, las publicaciones dedicadas a aplicaciones agrícolas tienden a aumentar de manera similar a las observadas en otros sectores.
La Nanotecnología no es una tecnología disciplinaria, particularmente si hablamos de su relación con la ciencia de materiales; más bien, se trata de una tecnología multidisciplinaria, que implica el entendimiento de la física, la química, la electrónica, la dinámica de fluidos y muchas otras ingenierías.
La nanotecnología representa una de las más novedosas innovaciones científicas, y en muchos sentidos, la de mayor alcance en lo referente a la alta tecnología para la agricultura y los alimentos frescos. Se estima que en la actualidad en todo el mundo hay más de 300 nanoproductos alimenticios disponibles en el mercado y se prevé que para el 2015 la NT se utilizará en el 40% de las industrias alimentarías. Las nanopartículas son de gran relevancia en la investigación científica debido a que tienen una amplia variedad de aplicaciones potenciales en los campos biomédico, biológico, óptico y electrónico, entre otros. El uso principal de los nanoproductos (NPs) en la industria alimentaría se debe a su actividad antimicrobiana, por ejemplo el dióxido de titanio, es un colorante alimentario que puede utilizarse como barrera de protección en el envasado de alimentos o las NPs de plata utilizadas como agentes antimicrobianos en los paneles de los refrigeradores y frigoríficos, así como en los recipientes de almacenamiento, líneas de envasado y otras superficies destinadas a entrar en contacto con los alimentos.
En la actualidad ya se observa el rápido crecimiento del mercado de esta tecnología revolucionaria. De acuerdo con algunas proyecciones, se estimaba que el mercado de las nanotecnologías llegaría a los 21.5 mil millones de dólares (sin considerar los semiconductores) para el 2018.
Otra utilización de esta tecnología es en la miniaturización de chips micro-electrónicos, diseñados a escalas tan pequeñas que debe ser la mecánica cuántica quien determine su comportamiento electrónico para permitir, por ejemplo, la transmutación de un sólo electrón.
Actualmente se producen con nanotecnología algunas bebidas y productos alimenticios o se incluyen algunos nanomateriales manufacturados.
Las perspectivas han cambiado desde entonces y ya han proyectado para el año 2020 una cuota final del mercado que estaría cerca de US$20 billones para el 2019 solo para los productos alimenticios a base de nanotecnología.
Sin embargo, no es clara la validez de estas estimaciones futuristas a mediano y largo plazo cuando ni siquiera se tienen definiciones comunes para distinguir entre alimentos con nanotecnología y los que no la tienen. Lo paradójico es, que en muchos países los gobiernos y las compañías de alimentos están invirtiendo considerablemente en el desarrollo de la nanotecnología para aplicaciones alimentarías.
Observando la incorporación de la nanotecnología en el desarrollo científico y técnico de México, advertimos que, no obstante ocupa el segundo lugar en el ámbito latinoamericano que usa la nanotecnología, la falta de una clara política de promoción, y la necesidad por parte de los centros de investigación de apoyos externos bilaterales, han creado un futuro incierto para un verdadero desarrollo sostenido y articulado de una tecnociencia que promete constituir las bases de la próxima revolución industrial y alimentaría en el mundo.
Fuente: e-consulta