Mientras más de 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, en España más de 600 millones de kilos de alimentos van a parar cada año al vertedero. Es la suma de lo que tiran las familias. En Estados Unidos, se traduce en 1.800 dólares anuales de alimento arrojado a la basura por familia. Para revertir esta situación, en el país norteamericano se trabaja en la simplificación del etiquetado para solventar las dudas sobre la caducidad de la comida. El objetivo, que los ‘Vender antes de’, ‘Mejor antes de’, ‘Caduca en’, o ‘Consumir antes de’ que confunden a más del 60% de la población, pasen a la historia.
En la Unión Europea, las incertidumbres que afloran entre los consumidores del gigante norteamericano son menos. Desde hace años, en el etiquetado de alimentos europeo solo hay hueco para dos de esos plazos que parecen confundir más que informar. El terreno aquí ha quedado por tanto reducido a la fecha de caducidad y a la de ‘Consumir preferentemente antes de’, lo que no evita que hagan falta algunas aclaraciones.
Con la fecha de duración mínima lo que pretende la etiqueta es señalar el plazo en el que el producto se mantendrá al 100% de sus propiedades. Así, sobrepasada esa fecha, es totalmente seguro consumir ese alimento, por lo que es importante tenerlo en cuenta antes de tener la mano muy suelta tirando comida a la basura. Frente a esta información, la otra fecha de las etiquetas es la de caducidad que, ahora sí, indica el momento en el que el consumo deja de ser seguro.
Si aquí no acaba de ser fácil, en un país como Estados Unidos la cosa se complica aún más. Tanto es así que, según datos aportados por EcoWatch, 9 de cada 10 consumidores han sido demasiado rápidos al tirar a la basura comida que estaba en perfectas condiciones. El maremágnum de fechas y mensajes que aparecen, o que pueden aparecer en las etiquetas, explica las dudas. Esto, cuando la normativa estatal estadounidense ni tan siquiera exige fecha alguna, con la excepción de la fórmula infantil.
Frente al caos actual, la situación se aproxima a un momento de cambio que puede ser de consideración. Y es que, después de que el año pasado el Food Marketing Institute y la Grocery Manufacturers Association publicaran unas pautas voluntarias para la simplificación del etiquetadoentre sus miembros, estos se van animando.
La iniciativa pretende que, de las más de diez fechas diferentes que se pueden encontrar en los alimentos comercializados en Estados Unidos se pase a dos, como en Europa. Estas serían ‘Mejor si se consume antes de’ y ‘Consumir antes de’. En el primer caso, se haría hincapié en la calidad, como sucede aquí con la fecha de duración mínima. Por su parte, la segunda frase se utilizaría para un número limitado de productos que son realmente perecederos y que, efectivamente, tienen que tirarse a la basura una vez se sobrepasa su fecha de caducidad.
Mientras que las asociaciones promotoras de la iniciativa instan a sus asociados a la adopción generalizada de nuevas pautas para el verano de 2018, las empresas han dado los primeros pasos. “Estamos encantados con esta iniciativa colaborativa a favor de la consistencia, la simplificación de la vida de los consumidores y la reducción de la generación de residuos”. La apreciación procede ni más ni menos que de uno de los máximos responsables de Walmart, un peso pesado del mercado que podría tirar de muchas otras superficies. De lograrlo, no solo se pondría freno a la cadena de interrogantes frente a cualquier envase o lata, sino que se lograría que el desperdicio total de alimentos en Estados Unidos se redujera un 8%.