Uno de los proyectos de telecomunicaciones más ambiciosos del gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto es la Red Compartida, que se ha difundido ampliamente en los medios oficiales desde mediados del 2016. Sin embargo, la realidad es que sólo una pequeña parte de los mexicanos tendrán acceso al servicio.
¿Qué es la Red Compartida?
La Red Compartida es el espectro de banda 28 APT (también conocida como 700 MHz) y una serie de hilos de fibra óptica que, en teoría, tienen como misión llevar telefonía móvil e internet móvil a zonas en las que hasta ahora no tenían estos servicios.
Lo interesante es que, tal como su nombre lo indica, es una red que podrá ser usada por todas las operadoras de internet y telefonía, que no tendrían que invertir en la infraestructura necesaria para llevar sus servicios a zonas remotas. En la presentación del proyecto, el gobierno federal indicó que además de llevar la cobertura de estos servicios a regiones alejadas, también serviría para que exista mayor competencia entre las operadoras y, por consecuencia, mejores precios para los usuarios.
Es decir, la mayor ventaja de la Red Compartida –al menos como lo promocionó el gobierno cuando le dio la concesión el proyecto a la empresa Altán Redes– es que permitiría una mayor “inclusión tecnológica”, ya que personas que viven zonas alejadas de las grandes ciudades podrían entrar de lleno al mundo digital.
El problema
A pesar de que el proyecto no suena mal, el uso de la Red Compartida todavía está lejos de ser lo que promete el gobierno. En un estudio publicado por la consultoría The Competitive Intelligence Unit (CIU) y el Instituto del Derecho a las Telecomunicaciones (IDET), señalan que en un inicio la Red Compartida tendrá un alcance ínfimo y que, en lugar de servir como un proyecto de inclusión tecnológica, parece que se centrará en el turismo.
Lo anterior se desprende de que la banda 28 APT sólo funciona con equipos 4G LTE, es decir smartphones de gama media-alta y alta. El problema es que, debido a alto precio de este tipo de dispositivos, sólo una pequeña parte de los mexicanos tiene acceso a ellos. Así lo explican en el estudio:
“Actualmente son pocos los dispositivos disponibles en México y en el mundo que cuentan con soporte de la banda 28 en sus chipsets, la mayoría de éstos en las gamas media-alta y alta, con precio que ronda entre 5 mil y 28 mil pesos. Sólo 22.2 por ciento de teléfonos inteligentes que tienen los mexicanos, esto es, 21.3 millones de aparatos, pertenecen a esas gamas, mismos que actualmente podrían tener incorporada dicha banda, mientras los restantes –74.6 millones–escasamente estarán listos para utilizar los servicios que podrían comenzar a ofrecerse en marzo próximo”, indica el estudio.
A inicios de este año, en el Diario Oficial de la Federación se publicó una nueva normativa que indica que todos los teléfonos que se pongan a la venta a partir de abril de este año, deberán que tener habilitada la banda 28 APT. Eso significa que, para poder hacer uso de la Red Compartida, los usuarios tendrán que renovar sus equipos por unos que sean compatibles con la banda.
Aunque a la larga el servicio podría resultar útil para la población en México, de inicio tendrá un alcance muy pequeño y servirá en su mayoría a turistas con un smartphone de gama alta que visiten una zona remota con cobertura. Así que de inicio la Red Compartida no servirá para aumentar la inclusión tecnológica, y sí para que veamos más comerciales que presumen “mayor cobertura” por parte de las operadoras. Al menos hasta que la tecnología 4G LTE llegue a dispositivos de gama más barata.