Allá por agosto de 2014, un ingeniero mecánico canadiense conocido como The Hacksmith nos sorprendía con un exoesqueleto de fabricación casera capaz de levantar hasta 77 kilos de peso sin esfuerzo. Ahora ha mejorado su invento y ya puede izar hasta un Mini Cooper de 1.100 kilos
El primer diseño de exoesqueleto de este inventor ya dejaba ver que el límite no estaba en los brazos, sino en las piernas. Por esa razón su nuevo diseño busca precisamente dar soporte al peso desde el suelo. Para ello ha recurrido a dos cilindros neumáticos de 63mm. Un motor en la zona lumbar se encarga de dar potencia a los cilindros.
El resultado puede no ser muy bonito ni muy ágil, pero es efectivo. Su creador ya se dedica a tiempo completo a mejorar su diseño, así que no sería de extrañar que algún día acabemos viendo un dispositivo industrial basado en sus diseños. Este es el vídeo.