Hace ocho años, el grupo de investigación de Ted Adelson en el Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL), adscrito al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, presentó una nueva tecnología de sensores, llamada GelSight, que se vale del contacto físico con un objeto para confeccionar un mapa tridimensional muy detallado de su superficie.
Ahora, mediante el montaje de sensores GelSight sobre las pinzas de brazos robóticos, dos equipos de expertos del MIT han proporcionado a los robots una mayor sensibilidad y destreza.
Un equipo, el de Adelson y Wenzhen Yuan, utiliza datos del sensor GelSight para conseguir que un robot juzgue el grado de dureza de las superficies que toca, una capacidad crucial si los robots domésticos deben poder manejar objetos cotidianos, cuyo grado de dureza puede variar muchísimo.
El otro equipo, el del Grupo de Locomoción Robótica de Russ Tedrake en el CSAIL, emplea sensores GelSight para lograr que un robot manipule objetos más pequeños de lo que era previamente posible.
El sensor GelSight es, en cierta manera, una solución de mínima tecnología para un problema difícil. Consiste en un bloque de goma transparente (el “gel” de su nombre), una cara del cual está recubierta con pintura metálica. Cuando la cara recubierta de pintura es presionada contra un objeto, se ajusta a la forma de este último.
Un sensor GelSight unido a la pinza de un robot permite a este realizar operaciones de alta precisión sin programación específica previa. El robot puede, por ejemplo, sacar un destornillador de un orificio y volverlo a colocar en él, en un tiempo relativamente corto. (Foto: Robot Locomotion Group at MIT)
La pintura metálica convierte en reflectante a la superficie del objeto, así que su geometría se hace más fácil de captar por parte de los algoritmos de visión computerizada. Montados sobre el sensor, en el lado contrario a la cara pintada del bloque de goma, se hallan tres luces de color y una única cámara.
El sistema posee luces coloreadas iluminando desde ángulos diferentes, así como este material reflectante, de modo que, mirando los colores, el ordenador puede discernir mejor la forma tridimensional del objeto implicado.
En ambas series de experimentos, se montó un sensor GelSight en un lado de un sistema de agarre robótico, un dispositivo parecido en cierto modo a una pinza pero con superficies de agarre planas en vez de con puntas afiladas. Los resultados son muy alentadores.
Fuente: Noticias de la Ciencia