El desarrollo científico es encabezado por el doctor David Alejandro López de la Mora, investigador y académico del CUTonalá. En entrevista explica que normalmente una herida infectada tarda en sanar en aproximadamente 15 días empleando los métodos convencionales, pero con el empleo del innovador apósito creado en la institución universitaria empieza a cerrar en cinco días y cicatriza totalmente en ocho, por el proceso de regeneración.
“Hicimos pruebas con bacterias clínicas que recolectamos a nivel hospital de heridas de pie diabético, así como de otras certificadas y que se compran a los laboratorios. En ambos casos logramos inhibir el crecimiento de la infección y acelerar la regeneración celular.
“La fórmula tiene una base oleosa y es parte de la misma un biopolímero, parecido a la celulosa, obtenido de residuos marinos, lo que reduce los costos, pues en el mercado hay algunos hechos con partículas de plata que son costosos”, detalla el doctor en biología molecular por parte de la UdeG.
A decir del especialista, el biopolímero funciona como andamio en la herida para que las mismas células colonicen a partir de la fórmula farmacéutica, de manera que se acelere su cicatrización, aun y cuando el paciente manipule la lesión de manera incorrecta.
Por otra parte, para incrementar la efectividad del fármaco se emplean nanopartículas de dos tipos: unas son metálicas (iones de plata) y otras de carácter oleoso que encapsulan al medicamento, de manera garantizan su ingreso a las células y evitan la formación de nuevas bacterias en la manipulación de la herida.
La fase 1 del proyecto ha concluido con exitosos resultados de pruebas en animales. Está por iniciar la siguiente etapa en la que el apósito mostrará su efectividad directamente en heridas infectadas de personas voluntarias.
Parte muy importante del desarrollo científico son los investigadores del CUTonalá Natalia García Becerra, Alejandra Aguilar Hernández y Leonardo Fernández Ávila.
“La patente del desarrollo se encuentra en trámite y buscamos escalarla industrialmente para comercializarla y ponerla al alcance del público. Actualmente el costo es diez veces más barato que un apósito con moléculas de plata”, concluye el científico molecular de apenas 31 años de edad.
Fuente: Agencia ID