Decía Mark Twain, con una gran dosis de ironía, que dejar de fumar era fácil, pues él ya lo había hecho más de cien veces. Efectivamente, dejar de fumar nunca ha sido sencillo, debido a la adicción que provoca la nicotina. Sin embargo, un equipo de científicos ha probado con éxito una enzima que podría ayudar a reducir esta adicción.
Según los resultados que han sido publicados en la revista Science Advances, la enzima que han desarrollado los investigadores, y que ha sido probada en ratones, “evitó por completo que la nicotina llegara al cerebro y revirtió los signos somáticos de la abstinencia, la hiperalgesia y la irritabilidad”.
Además, el tratamiento redujo rápidamente la motivación de los animales para consumir nicotina, revirtió sus signos de dependencia y evitó que volvieran a recaer cuando se les dio acceso a la nicotina de nuevo.
Esta enzima supone un avance interesante en la lucha contra el tabaco, cuyo consumo es la principal causa de enfermedad y muerte prevenible en todo el mundo. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada dos fumadores fallecerá por causas relacionadas con el tabaco.
La nicotina, una sustancia muy adictiva
La sustancia que hace que los fumadores se vuelvan adictos al tabaco es la nicotina, que es considerada como una de las tres sustancias más adictivas que existen, solo por detrás de la heroína y la cocaína.
Es por esto que los medicamentos que se han intentado probar para ayudar a los fumadores a abandonar el tabaco han tenido poca eficacia. Incluso se ha intentado prevenir que la nicotina llegue al cerebro usando vacunas, pero estos esfuerzos también han fracasado.
Los investigadores estiman que alrededor del 60% de las personas que comienzan fumando ocasionalmente terminan por convertirse en fumadores diarios y que alrededor del 75% recaen tras intentar dejar de fumar.
Los autores de este nuevo estudio quisieron ahondar en la posibilidad de impedir que la nicotina llegase al cerebro, pero, en lugar de utilizar una vacuna, han probado con una enzima. “Este es un enfoque muy emocionante porque puede reducir la dependencia de la nicotina sin inducir ansiedad u otros síntomas graves de abstinencia”, asegura el autor principal del estudio, el profesor asociado de Scripps Research, Olivier George.
Para su investigación utilizaron una enzima obtenida de la bacteria Pseudomonas putida y que es conocida por descomponer la nicotina. Esta enzima fue posteriormente modificada para optimizar su potencia, su tiempo de permanencia en la sangre y otras propiedades farmacológicas y el resultado fue la enzima denominada NicA2-J1.
Tras su optimización, la enzima fue probada en ratones modificados genéticamente para imitar la adicción a la nicotina de los fumadores humanos. Los investigadores analizaron la respuesta de los ratones adictos ante la ausencia de nicotina y observaron que los animales tratados con dosis altas de NicA2-J1 mostraban niveles muy bajos de nicotina en sangre en comparación con los que no recibieron la enzima.
Además, la enzima también disminuyó los signos del síndrome de abstinencia, como la susceptibilidad al dolor y las conductas agresivas, en comparación con los ratones que no habían sido tratados.
Los investigadores concluyen que sus resultados “demuestran la eficacia de la terapia enzimática en el tratamiento de la adicción a la nicotina en modelos animales avanzados y proporcionan una base sólida para el desarrollo de terapias biológicas para dejar de fumar en humanos”.
Queda aún por ver si este tratamiento enzimático podrá ser utilizado en seres humanos en el futuro, pero, de ser así, la frase de Mark Twain podrá desprenderse de toda su ironía y convertirse en una realidad.
Fuente: Tecnoxplora