Nuestro cuerpo está compuesto por diferentes órganos esenciales, pero solo uno de ellos es capaz de regenerarse. De esta forma, mientras que el resto del cuerpo envejece con el paso del tiempo, el envejecimiento de este órgano es diferente, precisamente por esta capacidad. Se trata del hígado, encargado de eliminar toxinas del organismo. Cuenta con una capacidad única entre el resto de órganos para regenerarse después de un daño, debido a su función de tratar constantemente con sustancias tóxicas.
Los hepatocitos son los principales componentes de este órgano, unas células capaces de renovarse cuando el hígado sufre algún daño o enfermedad. Según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, este proceso se produce gracias a las células madres del hígado, que muestran altos niveles de telomerasa, una proteína asociada habitualmente con la resistencia al envejecimiento.
«El hígado es una fuente muy importante de enfermedades humanas», explicaba el profesor de medicina Steven Artandi, principal autor del estudio, publicado en la revista Nature. «Es fundamental comprender el mecanismo celular por el cual el hígado se renueva. Descubrimos que estas células raras que proliferan se extienden por todo el órgano y que son necesarias para permitir que el hígado reemplace las células dañadas. Creemos que también es probable que estas células puedan dar lugar a cánceres de hígado cuando su regulación falla».
Estos hepatocitos filtran y eliminar las toxinas de la sangre, convirtiendo al hígado en el único órgano capaz de regenerarse completamente a partir de tan solo el 25% de su masa original.
«Alrededor de 900.000 personas mueren cada año en todo el mundo a causa de la cirrosis, y el cáncer de hígado es la quinta causa principal de muerte por cáncer en los Estados Unidos. Pero nuestra comprensión de cómo se renueva el hígado ha languidecido en comparación con los avances realizados en otros órganos», señalaba Artandi.
Tal y como indican, las células madres producen la suficiente telomerasa como para, en cierto sentido, «detener el reloj del envejecimiento». Los investigadores partieron de la cuestión de si podrían usar esta telomerasa como marcador para identificar el subconjunto de células responsables de regenerar el hígado. Sin embargo, creen que estas células también podrían servir como células de origen para el cáncer de hígado, ya que alrededor del 3 al 5% de todas las células hepáticas analizadas en el estudio expresaban niveles inusualmente altos de telomerasa.
«Estas células raras se pueden activar para dividirse y formar clones en todo el hígado. A medida que mueren los hepatocitos maduros, estos clones reemplazan la masa hepática. Pero están trabajando en su lugar; no están siendo enviados a otros lugares del hígado. Esto puede explicar cómo el hígado puede reparar rápidamente el daño independientemente de dónde ocurra en el órgano», explican.
Durante la investigación, descubrieron que aquellos animales en los que las células de telomerasa habían muerto, mostraban una cicatrización del hígado mucho más grave que aquellos en los que las células eran funcionales, por lo que «se podría imaginar el desarrollo de medicamentos que protejan estas células que expresan la telomerasa, o formas de usar enfoques de terapia celular para renovar los hígados».
«Por el lado del cáncer, creo que estas células son candidatas muy sólidas para convertirse en células de origen. Finalmente estamos comenzando a entender cómo funciona este órgano», concluía Artandi.
Fuente: 65ymas.com