Por décadas, farmacéuticas y centros de investigación han buscado diversas formas de administrar insulina de manera oral para que los pacientes con diabetes, principalmente del tipo I, se olviden de aplicarla vía subcutánea. No obstante, el problema más recurrente con el que han tropezado es que la hormona se pierde en el proceso digestivo y no llega finalmente al colon donde puede ser absorbida y distribuida al organismo para su mejor aprovechamiento.
Ante este panorama, investigadores del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) crearon microesferas que pueden transportar la insulina a través del tracto digestivo hasta llegar al colon donde liberan dicha hormona para cumplir su objetivo.
La doctora Elizabeth Carvajal Millán, parte esencial de esta investigación del CIAD, señala que a nivel internacional existe gran interés por desarrollar materiales transportadores de insulina basados en materiales poliméricos de origen natural (biopolímeros).
“Nosotros estudiamos polisacáridos como los arabinoxilanos ferulados para este fin, somos los pioneros. Por ser de tipo covalente, los geles de arabinoxilanos ferulados son más estables a cambios de temperatura y de pH, de manera que al ser ingeridos pueden resistir de mejor manera las condiciones del sistema gastrointestinal superior, en especial las del estómago, donde la acidez es muy alta”.
Los polisacáridos son biomoléculas formadas por una gran cantidad de monosacáridos, que a su vez son los hidratos de carbono más sencillos.
“Entonces, los arabinoxilanos ferulados que se obtienen de la cascarilla de cereales como el maíz, forman geles que soportan estas condiciones y pueden llegar al colon, donde la microbiota ahí presente los fermenta, permitiendo así que entreguen lo que contienen en su interior, que en este caso es insulina”, detalla la científica mexicana.
Ahora bien, por estudios previos se sabe que hay regiones a nivel de colon que absorben la insulina y de ahí se dirige al torrente sanguíneo para cubrir las necesidades del paciente con diabetes. Por ello el interés de encontrar la forma de hacer llegar la hormona hasta esa región.
Cabe destacar que al administrar de manera subcutánea la insulina, ésta llega de forma casi inmediata al torrente sanguíneo, mientras que para hacerla llegar al colon se requiere más tiempo.
“Hemos comprobado en ratas diabéticas que una vez que la insulina llega al colon su efecto es más prolongado. Sin embargo, debemos tener en consideración que en personas diabéticas con situaciones agudas de glucosa en sangre este tratamiento podría ser solamente complementario”, enfatiza la doctora Carvajal Millán.
Igualmente importante es señalar que la insulina será liberada eficientemente en el colon del paciente diabético si éste cuenta con una microbiota intestinal sana, lo cual no sucede en todos los casos. Así, para que este método pueda ser utilizado, el paciente deberá mantener equilibrada su microbiota intestinal, y para ello, llevar una dieta balanceada desempeña un papel fundamental. Una ventaja de los arabinoxilanos ferulados utilizados en CIAD es que son prebióticos, es decir, estimulan selectivamente el crecimiento de las bacterias intestinales benéficas para la salud.
Los investigadores del CIAD presentaron la solicitud de patente en 2015 en México y el año siguiente a nivel internacional. “Aún estamos en nivel pre-clínico, todavía no se tienen programadas pruebas en humanos, para realizarlas se tendría que contar con la participación de la industria farmacéutica”, finaliza Carvajal Millán, doctora en ciencias de los alimentos por la École Nationale Supérieure Agronomique de Montpellier (SupAgro), Francia. Esta investigación forma parte de un proyecto aprobado a CIAD por el Fondo Institucional CONACyT-Investigación en Fronteras de la Ciencia (FONT.INST./31/2016) y en él participa la Universidad de Sonora, la Universidad de McGill (Canadá) y la SupAgro (Francia).
Fuente: Agencia ID