Un equipo de investigadores de la Universidad de California (Estados Unidos) ha descubierto los mecanismos por los que NS1, una proteína secretada por las células humanas infectadas con el virus del dengue, puede originar filtraciones en los vasos sanguíneos en los casos más graves de la enfermedad.
El virus del dengue es el más prevalente de entre todos los virus transmitidos por mosquitos y un importante problema de salud pública en todo el mundo. La gravedad de la enfermedad es muy variable: mientras que en algunos afectados no presenta complicaciones, en otros pone en peligro su vida, causando una disfunción endotelial y filtraciones en los vasos sanguíneos. Esta fuga vascular puede provocar un shock y, en último término, la muerte.
En anteriores trabajos los investigadores, capitaneados por Dustin Glasner, utilizaron líneas celulares humanas para demostrar que NS1 puede alterar la barrera protectora que recubre los vasos sanguíneos. También evidenciaron que NS1 puede desencadenar la liberación de citocinas inflamatorias, lo que podría contribuir a las filtraciones.
Para determinar el impacto de estos dos mecanismos, el equipo realizó varios experimentos, cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista ‘PLOS Pathogens’. Sus hallazgos sugieren que la respuesta de las citocinas inflamatorias no es necesaria para que NS1 cause filtraciones en los vasos sanguíneos.
En cambio, el mecanismo subyacente parece ser la alteración de los componentes de la cubierta que recubre los vasos sanguíneos. El descubrimiento abre la puerta a nuevas opciones terapéuticas, ya que la inhibición de las moléculas involucradas en esta alteración podría servir como base a nuevos tratamientos potenciales para los casos más severos del dengue.
“Tras el emocionante descubrimiento de que la proteína NS1 puede causar la fuga vascular, la característica distintiva de la versión más grave del dengue, ahora hemos logrado desentrañar los mecanismos responsables, sugiriendo nuevos objetivos farmacológicos para inhibir el dengue severo”, apunta Eva Harris, la investigadora principal.
Fuente: CGP/DICYT