Hasta ahora, cuando una mujer embarazada tenía la mala suerte de sufrir fuertes dolores o fiebre… sabía que solo podría contar el paracetamol, por ser considerado un medicamento “seguro” durante la gestación.
Sin embargo, científicos del Instituto de Investigación del Medicamento de la Universidad Hebrea de Jerusalén acaban de publicar un estudio en la revista American Journal of Epidemiology, donde relacionan la exposición prolongada al acetaminofén (paracetamol) con trastornos de espectro autista y déficit de atención e hiperactividad. Y lo que es aún más preocupante: sería suficiente con una pequeña dosis -mantenida en el tiempo- para que el bebé sufra estos problemas del neurodesarrollo.
Este metanálisis ha revisado siete estudios de cohortes, con 132.738 madres e hijos durante un período de tiempo entre 3 y 11 años, y señala un aumento del 30% en la incidencia del riesgo relativo de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y un aumento del 20% en el riesgo relativo de sufrir TEA (Trastornos de Espectro Autista) cuando las madres habían consumido paracetamol durante el embarazo.
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Sospechas científicas
“Nuestro descubrimiento sugiere una relación entre el consumo prolongado del acetaminofén y el aumento en el riesgo de autismo y TDAH. Sin embargo, este aumento en el riesgo es pequeño y los estudios previos tienen carencias importantes”, advierte el doctor Ilan Matok, director del Laboratorio de Investigación en Farmacoepidemiología de la Universidad Hebrea y coordinador del estudio. “Si bien es cierto que un uso abusivo de cualquier medicamento durante el embarazo está contraindicado, consideramos que nuestra investigación no debería alterar los consejos actuales y las mujeres no deberían dejar de tomar paracetamol cuando sea clínicamente necesario”.
A pesar de este mensaje tranquilizador y de señalar que la fiebre y el dolor intensos durante el embarazo pueden afectar negativamente al feto, no es la primera vez que la comunidad científica alerta sobre los posibles efectos del paracetamol en el desarrollo neuronal del bebé. Ya en 2016 otra investigación publicada en JAMA Pediatrics analizó la relación entre los problemas de conducta que surgen en la infancia y la exposición intrauterina al acetaminofén, en concreto en las semanas 18 y 32. También la Universidad de California (UCLA), en colaboración con la Universidad Aarhus de Dinamarca publicó en 2014 otro exhaustivo estudio -con una muestra de 64.322 madres e hijos analizados entre 1996 y 2002 en Dinamarca, para comprobar si había “elementos ambientales” que hubieran influido en la hiperactividad de los niños. De nuevo, detrás de la sombra del TDAH se manifestaba el consumo de este analgésico durante el embarazo.
¿Qué quiere decir todo esto? Que si el consumo del paracetamol es algo puntual, teóricamente no debería implicar riesgos para el feto… pero si la fiebre o el dolor de la mujer embarazada se alarga en el tiempo… es mejor consultar al médico antes de seguir tomando este medicamento.
Fuente: TECNOXPLORA