Se ha demostrado que otro análisis de sangre es capaz de distinguir con precisión la enfermedad de Alzheimer de otras formas de demencia. Una nueva investigación muestra que la prueba identifica el Alzheimer con un mayor nivel de precisión que las pruebas cognitivas, las tomografías cerebrales y las punciones lumbares. Aunque el análisis de sangre no se recomienda para quienes aún no han experimentado síntomas, podría ofrecer una alternativa más cómoda y rentable a los procedimientos de diagnóstico convencionales.Sebastian Palmqvist, neurólogo y profesor asociado de la Universidad de Lund, en Suecia, ha dedicado media década a investigar la viabilidad de un sencillo sistema de detección del alzhéimer basado en la sangre. Mientras que algunas estrategias de diagnóstico se centran principalmente en las placas de proteínas beta-amiloide (Aβ), ésta se centra en pTau217, una versión de la proteína tau que se acumula o “enreda” en los cerebros de las personas con alzhéimer. Las tomografías por emisión de positrones (PET) y los análisis del líquido cefalorraquídeo (también conocidos como punciones lumbares) son eficaces para revelar los ovillos de pTau217, pero son caros y, en el caso de las punciones lumbares en concreto, invasivos e incómodos de realizar.Mientras tanto, el análisis de sangre requiere una muestra de sangre estándar similar a la que se proporciona para detectar el colesterol alto o la enfermedad tiroidea. En el laboratorio, los investigadores separan el plasma sanguíneo de la muestra general y examinan el plasma en busca de pTau217 mediante espectrometría de masas. Dependiendo de la proporción de pTau217 con respecto a la proteína tau 217 no fosforilada (otra variante de la proteína tau) y la proporción de pTau217 con respecto a dos proteínas amiloides diferentes, se puede decir que ese paciente (es decir, la persona que proporcionó la muestra) padece la patología de Alzheimer.
En un artículo publicado en JAMA el domingo, el equipo de Palmqvist describió un experimento de eficacia en el que participaron 1.213 personas con problemas de memoria. Cada persona proporcionó una muestra de sangre y se sometió a una evaluación cognitiva estándar; a todos, excepto 82 personas, también se les practicó una punción lumbar. (Aquellos que no pudieron someterse a una punción lumbar debido a un riesgo médico se sometieron en su lugar a una tomografía por emisión de positrones). Según el artículo, el análisis de sangre identificó con precisión la enfermedad de Alzheimer el 91% de las veces. Mientras tanto, las evaluaciones cognitivas solo acertaron el 61% de las veces, mientras que las punciones lumbares y las tomografías por emisión de positrones tuvieron una tasa de precisión del 73%.
En una entrevista con el New York Times, el autor principal del estudio, el Dr. Oskar Hansson, advirtió que los análisis de sangre como este, una vez aprobados para entornos clínicos, no deberían usarse antes de que aparezcan los síntomas cognitivos. Esto se debe a que las terapias actuales están diseñadas para pacientes que ya padecen demencia. Sin embargo, las recomendaciones de pruebas podrían cambiar a medida que evolucionen los tratamientos para el Alzheimer; se sabe que la patología de la enfermedad se manifiesta hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas observables, lo que impulsa a los investigadores a desarrollar terapias previas a la aparición.
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