na de las razones por las que la pandemia está siendo tan estresante en el ámbito laboral es porque ha despojado a los ciudadanos de parte de su libertad para elegir. Los riesgos impredecibles para la salud, la incontrolabilidad de un posible despido, las restricciones en los desplazamientos y el trabajo obligatorio desde casa dan la sensación de que tenemos poco margen de acción a la hora de organizar nuestro trabajo. El malestar que genera sentir que no podemos elegir lo que hacemos y cómo lo hacemos influye no solo en la salud mental, sino también en la productividad.
El escenario de la pandemia nos obliga a lidiar con nuevas dificultades relacionadas con el bienestar mental. Una de las cuestiones que los psicólogos están tratando de resolver es cómo los trabajadores pueden seguir siendo productivos en un entorno hostil en el que sienten una preocupación e inseguridad constante y cada vez menos capacidad para tomar decisiones.
Poder decidir libremente se ha considerado durante mucho tiempo una necesidad psicológica innata: el grueso de la investigación sugiere que la falta de autonomía y de control sobre las decisiones que se toman es perjudicial para el desempeño de los empleados. “Para que alguien sea proactivo, implicado y responsable, tiene que sentir que tiene libertad y autonomía”, explica Elisa Sánchez, psicóloga laboral. “Si tienes un jefe que decide todo por ti o si la situación deja poco margen de acción, difícilmente te vas a implicar en tu trabajo o vas a asumir las consecuencias de tus acciones porque, al no poder decidir, no sientes que sean responsabilidad tuya”.
La edad importa
La sensación de tener el control y pensar que eres capaz de actuar libremente puede ser especialmente importante entre los trabajadores más vulnerables, ya sea por su edad o por la inestabilidad de sus puestos. Un estudio de la Universidad de Oxford destaca el papel clave que tiene la sensación de control en el bienestar de los empleados mayores y señala la importancia de hacer que sientan que pueden tomar sus propias decisiones para mejorar su situación.
Pero tener demasiada autonomía también puede acarrear efectos negativos si se lleva al extremo. Quienes tienden a ser perfeccionistas, sobre todo si están muy motivados, pueden correr el riesgo de agotarse si se les da demasiada independencia. “Al trabajar desde casa y dejar que cada uno decida cómo distribuir sus horas de trabajo, hay empleados a los que les cuesta saber cuándo parar porque no tienen una referencia de cuánto están trabajando el resto de sus compañeros. Sin esta comparación, algunos pueden recurrir a trabajar más horas de la cuenta para mantenerse al día con un estándar demasiado alto que ellos mismos se han impuesto. En estos casos es necesario el control de un jefe que ponga límites”, explica Eric Anicich, profesor del departamento de gestión y organización de empresas de la Universidad del Sur de California.
Pero las investigaciones realizadas hasta la fecha no tienen en cuenta el factor que ahora lo ha cambiado todo: la pandemia. En un artículo publicado en el Journal of Applied Psychology, un grupo de expertos, entre los que se encuentra Anicich, estudia por primera vez la experiencia de un conjunto de empleados durante los últimos meses. “Hemos rastreado la trayectoria de sus sentimientos y actitudes a lo largo del tiempo”, explican los responsables del estudio. “Estábamos especialmente interesados en cómo los trabajadores experimentaron la impotencia y la falta de autenticidad. En otras palabras, queríamos saber hasta qué punto sentían que tenían control sobre sus propias acciones y podían ser ellos mismos a medida que empeoraba la pandemia”.
Lo que encontraron les sorprendió: aunque los participantes del estudio inicialmente se sintieron muy impotentes y con pocas opciones para comportarse como realmente querían, se recuperaron sorprendentemente rápido, pese a que la situación no mejoró subjetiva ni objetivamente. “Esto sugiere que los empleados se adaptaron a una nueva normalidad y comenzaron a recuperar la sensación de que tenían poder de decisión mucho más rápido de lo que investigaciones anteriores habían encontrado”.
Confianza y autoestima
Hay algunos rasgos emocionales y de la personalidad que pueden influir en cómo los trabajadores perciben su capacidad para actuar sobre el entorno y que pueden jugar un papel importante en los resultados de este estudio. Las personas que piensan que las cosas que les pasan dependen de sus propias acciones sienten que pueden tomar más decisiones. “Quienes tienen una autoestima sana saben qué depende de ellos y qué no. Son conscientes de que, por controlado que esté el entorno, siempre hay un pequeño margen sobre el que pueden actuar y se concentran en eso”, explica Sánchez.
Los expertos recomiendan que para ser productivo en un escenario como el actual hay que centrarse especialmente en lo que depende de uno mismo: lo que sientes, lo que piensas y lo que haces. “Vemos que hay personas que no saben distinguir lo que está en sus manos y lo que no, y dedican sus recursos a querer cambiar cosas que no están bajo su control”, cuenta Sánchez. “Hemos pasado de tener el control sobre cosas del día a día, como cuándo nos vamos de vacaciones, a que todo sea imprevisible. Tendemos a poner en marcha los aprendizajes que nos han servido previamente, pero ahora ya no funcionan”.
Fuente:
Martín, M. G. (2020, 3 noviembre). Alaska: “No podría vivir sin Internet”. Recuperado 4 de noviembre de 2020, de https://retina.elpais.com/retina/2020/10/30/talento/1604069840_784692.html