Si te gusta la música, no solo un género o un artista, sino que disfrutar con ella tanto como con la comida o el sexo, es evidente que aprecias los más mínimos detalles de esas melodías que te encantan y que escuchas a diario. Aunque si te has acostumbrado a escucharla en servicios de streaming como Spotify seguramente te estás perdiendo muchos de esos detalles. Porque para ello en la era digital podemos disfrutar de la música de alta resolución, conocida como Hi-Res en los círculos más técnicos, y que cambia por completo nuestra experiencia de sonido cuando estamos escuchando música.
¿Qué es la música de alta resolución?
Por hacer un símil fotográfico, cuando tenemos una imagen captada por una cámara, nativa, en su estado original, podemos apreciar todos los detalles de esta que han captado las lentes. Cuando esa imagen la comprimimos, normalmente nos perdemos ese tipo de detalles, y nos quedamos con el conjunto. Parece la misma imagen, pero no lo es, porque es en los detalles donde se encuentra la verdadera diferencia. Y lo mismo ocurre con la música, porque si escuchas una canción cualquiera en formato Mp3, incluso a la calidad más alta, de 320kbps, y después la escuchas en un formato de alta resolución, también vas a notar la diferencia, porque es precisamente en esos detalles que se pierden con la compresión de la música, donde se notan las diferencias.
Para hacerse una idea de la calidad que ofrece el audio de alta resolución, basta comprar cuántos datos son capaces de entregar cada uno de los formatos. Partiendo de que la música en calidad de CD tiene más detalle y resolución de audio que los Mp3 que escuchamos habitualmente en Spotify, la música de alta resolución es capaz de ofrecer en los formatos de 24 bits/96 kHz hasta 3,2 veces más datos transmitidos que con CD y en el formato de 24 bits/192 kHz hasta 6,5 veces más datos transmitidos que con CD. Por lo tanto, estamos hablando de una densidad de datos muy superior a la de la música en streaming que escuchamos habitualmente. Para hacer un ejemplo práctico, la misma canción en Mp3, con una calidad de 320kbps por segundo, que como decimos es la calidad más alta con la que solemos escuchar música en streaming, puede ocupar entre cinco y diez megas de espacio en el disco, y el total de este unas cien megas, y gracias. En el caso de un buen disco de alta resolución, en la máxima calidad posible, de 24 bits/192 kHz, podemos encontrar canciones que llegan a los 200 o 300 megas de peso, y discos que pueden ocupar hasta una o dos gigas de espacio de almacenamiento. Ahora solo tenemos que pensar en toda la información que hay en esa densidad de datos para entender todo lo que nos perdemos escuchando música en Spotify.
Ahora bien, para poder disfrutar de esta música necesitamos dispositivos específicos. O bien un reproductor de audio de alta resolución, como los Walkman de Sony, o un móvil compatible con este tipo de audio Hi-Res, como es el caso del nuevo Xperia 1 o los LG V40 ThinQ. También necesitamos unos auriculares a la altura, que al menos cumplan los estándares mínimos para reproducir este tipo de música, algo que siempre podréis advertir gracias al logotipo habitual de Hi-Res Audio. A la hora del streaming, tenemos servicios como Tidal, Deezer o Qobuz que ofrecen suscripciones mensuales con audio de alta resolución, incluso en calidad Master. Cuando escuchas música en alta resolución, no quieres volver a saber nada de la que está comprimida, porque te das cuenta sencillamente que te habías perdido muchos detalles de tus canciones favoritas, y un volumen de sonido con total calidad que nunca hubieras disfrutado con un Mp3.
Fuente: Tecnoxplora