Nube, Big Data, inteligencia artificial, aprendizaje automático, aprendizaje profundo… Cada vez son más los conceptos que incorporamos al ‘diccionario de las nuevas tecnologías’ que están revolucionando nuestro mundo, aunque lo cierto es que todas van en la misma dirección: computación cognitiva, la tercera era de la informática, según la califican los expertos.
El camino hasta llegar aquí es conocido: la expansión de Internet primero y la nube después, a falta de que el Internet de las cosas se implante al mismo nivel, ha generado el mayor crecimiento en la creación de información que se haya dado jamás en nuestra historia. Datos cuyo valor para la innovación se está explotando mediante tecnologías de Big Data. Pero no es suficiente para alcanzar el objetivo.
Libros, revistas, blogs, artículos, tuits y mensajes, pero también imágenes, audio y vídeo. La clase de datos que la humanidad codifica en lenguaje e información no estructurada es cada vez mayor y, de hecho, actualmente producimos tal cantidad que nuestra capacidad para utilizarla de manera práctica se ha visto superada. En el caso del sector privado, se calcula que apenas se procesa con éxito en torno al 12% de los datos recogidos.
Es decir, todas las ventajas que las empresas obtienen en la actualidad con el estudio de sus datos, es ínfima en comparación con la que tendrían de poder ‘desbloquear’ ese 88% de información restante, «invisible» para los sistemas tradicionales. La solución, por supuesto, son las máquinas; sin embargo, la potencia de cálculo tampoco es suficiente por sí sola.
Con tecnologías como el Machine Learning o aprendizaje automático, el Deep Learning o aprendizaje profundo y la inteligencia artificial, estamos desarrollando sistemas capaces de extraer el valor de toda la información que se nos escapa. Así es como se cierra un círculo cuyo siguiente paso es, en efecto, la computación cognitiva: sistemas informáticos avanzados capaces de resolver problemas sin necesidad de intervención humana, pero no para reemplazar a esta.
El objetivo de la computación cognitiva es crear sistemas que, en lugar de ser programados para un propósito determinado, aprendan a escala, razonen e interactúen con los humanos de forma natural, pero no con el criterio de la inteligencia artificial. El objetivo de fondo es «extender la inteligencia humana y profundizar el conocimiento, ayudando a todos a pensar mejor y tomar decisiones informadas».
Los atributos de un sistema cognitivo comprenden:
- Entender los datos
- Desarrollar hipótesis, argumentos y recomendaciones con los datos recogidos
- Acumular datos e interacciones de manera continuada
- Interactuar con los humanos de manera natural
El desafío que plantea la computación cognitiva no es pequeño, pero las posibilidades como catalizador de la innovación que promete tampoco lo son, para todos y cada uno de los procesos de negocio de cualquier empresa: optimización y mejora en la experiencia de cualquier proceso, identificación de ideas sin explotar, nuevos modelos de negocio, medición efectiva del retorno de la inversión, mejor soporte y autoservicio, fraude y gestión de riesgos, investigación y descubrimiento…
Fuente: McPro