El ser humano es el mamífero más abundante en el planeta, y por mucho, actualmente la especie ronda entre los 7500 y 7600 millones de habitantes. La pregunta es ¿hasta que punto la tierra podrá soportar el incremento de la especie? y es que no sólo implica un crecimiento demográfico desmedido por parte del ser humano, debemos pensar en cuantos recursos serán necesarios para mantener a la especie y si la tierra es capaz de generarlos. Con ayudada de algunos cálculos matemáticos podremos crear un panorama y ver que puede ocurrir y cual será la huella ecológica de nuestra especie.
Si estuviéramos en el hipotético de un escenario con recursos ilimitados, el volumen de una población crece de forma exponencial, el tiempo que tarda una población en duplicar su tamaño suele ser lento al principio, pero en algún momento este se dispara.
Supongamos que cuentas con una fortuna de unos cien mil millones de dólares y has decidido donar a la caridad un centavo, con la promesa de que cada mes duplicaras esa cantidad, es decir, el primer mes será 1 centavo, el mes dos serán 2 centavos, el tercer mes serán 4, el cuarto 8 y así sucesivamente. Con base en lo anterior cuanto tiempo podrás seguir manteniendo esta promesa considerando el dinero con el que cuentas. Para el primer año habrás donado unos 40 dólares, no es nada ¿cierto? Para el segundo año la cifra será de 167.772 dólares aproximadamente, tampoco significa tanto, pero para el pago 48 tendrás que donar poco menos de 88.000 millones de dólares, esto equivale a todos los pagos anteriores juntos.
Un fenómeno similar ocurre en las poblaciones reales, aunque el tiempo de duplicación no es constante. Los humanos alcanzamos los mil millones alrededor del año 1800, con un tipo de duplicación de unos 300 años, para el año 1927 alcanzamos los 2000 millones, pero el tiempo de duplicación esta ves fue de sólo 127 años y alcanzamos los 4000 millones en 1974, esta ves el tiempo de duplicación se redujo a 47 años. En un pronóstico a futuro se estima que alcancemos los 8000 millones para el año 2023 y que para el 2100 se estabiliza el crecimiento con una población entre los 10 y 11 mil millones.
Pero esta estabilidad no será otra cosa sino un síntoma donde la tierra misma y su capacidad de carga estén frenando el crecimiento de la población, muertes prematuras a causa de inanición o enfermedades es lo que compensará la tasa de natalidad.
Pero no hay que olvidar que los seres humanos consumimos recursos, estos se han acumulado a lo largo de la vida de nuestro planeta durante miles de años y hay un límite para su regeneración. Además los países ricos consumen de forma desproporcionada con relación a su población.
Para poner esto en panorama, la tierra cuenta con 1,9 hectáreas de terrenos por persona para el cultivo de alimentos, para fabricar tejidos para ropa, suministrar madera y absorber residuos. En promedio un estadounidense requiere 9,7 hectáreas. Con estos niveles de consumo la Tierra sólo podría soportar una quinta parte de la población, aproximadamente unos 1500 millones de personas.
Hablando del agua, un recurso sin duda valioso, un ser humano adulto requiere menos de cuatro litros diarios, un estadounidense promedio requiere unos 4.000 litros diarios. La mitad de esto se usa para generar electricidad, un tercio para el riego y la décima parte es utilizada en uso doméstico.
Si en todo el planeta se consumiera agua como en los Estados Unidos el uso mundial sería superior a los 10.000 kilómetros cubitos cada año. Actualmente el suministro mundial total es de unos 91.000 kilómetros cúbicos. Nuestro planeta soporta el nivel de vida actual ya que estamos viviendo a crédito de los recursos no renovables.
Una forma de mantener estable la población es reduciendo la tasa de natalidad, actualmente en los países en vías de desarrollo las parejas tienen entre 3 y 6 hijos. Los recursos no pueden ser creados por el hombre, sin embargo podemos decidir cuantos hijos tener, la población se puede mantener estable si cada mujer tiene no más de dos hijos y una forma de lograr una tasa de natalidad más baja es darle educación y empoderamiento a la mujer. Al final se trata de lograr un equilibrio con el entorno y optar por familias pequeñas para así garantizar un futuro saludable para el ser humano y para el planeta
Fuente: GreenScreen