Uno de los problemas que enfrenta el cómputo es el de los respaldos. Hay mucha información que se genera y debe guardarse. Por ello hay tendencias como la nube, que busca que descentralicemos nuestra información, por ejemplo, de nuestra computadora, y hagamos respaldos a través de la red en máquinas que no necesariamente siquiera están cerca de donde vivimos. Es claro que el volumen de información tiende a crecer y por ende, siempre se buscan nuevas alternativas.
Una de ellas, desarrollada por investigadores de la Universidad de Southampton, Reino Unido, usa un rayo laser para guardar en una estructura 3D del cuarzo, a nanoescala, hasta 360 Terabytes de información. Se calcula que la duración de este disco podría ser de hasta unos 14 mil millones de años, aproximadamente.
El laser usado usa pulsos en femtosegundos para escribir los datos en una estructura tridimensional de cuarzo. El pulso crea tres capas de puntos en la nanoestructura, cada uno a 5 micrones de distancia del siguiente. Los cambios en la estructura pueden ser leídos interrogando la muestra con otro pulso de luz y grabando su polarización, es decir, la orientación de las ondas que pasan a través de ellos.
El equipo ha producido una serie de ejemplo en pequeños discos de cristal, incluyendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Óptica de Newton, la Carta Magna y la Biblia. La densidad calculada es de 360 TB de datos en una sola pieza de cuarzo. Los investigadores además indican que el medio es extremadamente estable y que podría durar unos 13.8 mil millones de años a temperaturas de unos 350 grados Farenheit.
Esta idea de archivar información de forma masiva no es nueva, pero hasta ahora, las densidades alcanzadas eran modestas. Con una técnica similar, en el 2012, se podrían guardar unos 40 MB por pulgada cuadrada, pero esto es la misma densidad de un disco de música. Con esta nueva técnica podrían alcanzarse modos de archivar gigantescas cantidades de información a perpetuidad.