La ciberadicción o trastorno de adicción a Internet (Internet Addiction Disorder, IAD) se trata de una patología que implica un uso abusivo de la red mediante varios dispositivos. Te aportamos diversas claves para frenarla.
Nomofobia, clínicas para tratar la dependencia tecnológica, ansiedad cuando la batería está demasiado baja, esclavitud ante las redes sociales… El siglo XXI es el de la Inteligencia Artificial, el vertiginoso aprendizaje de las máquinas, la sociedad hiperconectada, el peso en oro del valor de los datos o la asimilación del smartphone casi como una tercera extremidad inherente a nuestro cuerpo. Solo una pequeña cifra puede hacer que tomemos conciencia del cambio: desde el año 2.000 el uso de Internet ha aumentado en más del 1.000%.
Cómo paliar la adicción al teléfono móvil en la empresa
De este modo, a la par que miles de beneficios surten nuestra vida de comodidades e innovación, la adicción a la tecnología, comúnmente denominada trastorno de adicción a Internet o IAD, también se ha asentado en nuestros entornos como una epidemia que ya afecta un gran número de personas. Así, algunos estudios llevados a cabo sobre las poblaciones de América y Europa sugieren que cerca del 38% de la población podría estar padeciendo este mal.
Tanto en el seno de las empresas como en las relaciones personales o de pareja la tecnología va ganando terreno, proporcionándonos dopamina con cada nueva notificación, enganchándonos a la vorágine de las compras online o conduciéndonos a vivir más dentro que fuera de las redes sociales. Te proporcionamos algunas claves para frenar esta dependencia tecnológica y desarrollar una relación sana con ella.
5 ideas para desarrollar una relación sana con la tecnología
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Reconstruye tus conductas: En el nivel más básico, la adicción a la tecnología se inserta dentro de una serie de comportamientos habituales. Para cambiar tus comportamientos, intenta sentar nuevos hábitos y reemplazar los comportamientos anteriores por otros nuevos. En lugar de revisar sin rumbo tu smartphone durante el tiempo libre, puedes optar por alternativas saludables como leer, meditar o hacer ejercicio.
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Períodos digitales de desintoxicación: Es interesante pautar lapsos, días o momentos –por ejemplo durante las vacaciones o el fin de semana– de desintoxicación digital para acostumbrarte a las horas de actividad y falta de acceso a la tecnología. Si consideras que estás muy enganchado y precisas una desintoxicación digital aún más intensa, existen una serie de empresas que organizan incluso retiros sin ningún tipo de conexión con la red y con diversos dispositivos.
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Pon límites en el uso del email y las redes sociales: Por ejemplo, puedes intentar consultar las redes sociales solamente una vez al día o en una franja horaria determinada, así como establecer horarios específicos para revisar y responder los correos electrónicos, además de limitar el WhatsApp o quitar los datos cuando estés trabajando.
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Ten un cómplice: Para intentar deshacerte de cualquier mal hábito, como fumar o alimentarte de comida basura, siempre es positivo tener un compañero que te ayude a rendir cuentas y te delos ánimos que precisas. Tu pareja, una amistad o alguien del trabajo en quien puedas confiar pueden ser una gran opción.
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Celebra tus éxitos: Cambiar ciertos comportamientos puede ser difícil, pero cuando tienes éxito, asegúrate de celebrarlo. Pasa más tiempo en la naturaleza, entrena y haz deporte, cena con amigos y familiares o date un capricho yendo al cine. Reforzando actividades que te gustan, te darás cuenta de lo poco que extrañas la tecnología.
Fuente | Inc