El reloj de cuarta generación, cuyo lanzamiento está previsto para otoño, cambiará sus botones para protegerse mejor contra el agua y otros agentes externos. Apple ya ha renovado dos veces su Watch, pero parece que la cuarta generación de este wearable va a ser especial. Ya había rumores acerca de un rediseño, y ahora nos van llegando algunos detalles que encajan bastante bien con un probable cambio de aspecto externo del reloj.
Esos detalles nos los ha traído recientemente Fast Company, desde donde se nos dice que el próximo Apple Watch va a abandonar los botones mecánicos para adoptar unos botones hápticos. Es decir: no serán botones reales que se moverán en cuanto apliquemos presión con un dedo. En vez de eso tendremos superficies que emitirán una vibración y así transmitir la sensación de que hemos pulsado algo. Es justo lo que Apple hizo con el botón Home cuando hizo la transición de los iPhone 6s a los iPhone 7, o con los trackpad de los MacBook.
Tener “botones” hápticos implica que Apple no va a tener que contar con tantas partes móviles internas como ha tenido que hacer hasta ahora. El beneficio directo de esto es que la compañía podrá sellar mejor el reloj y hacerlo más resistente a agentes externos como el agua o el polvo, así que probablemente veremos cómo el Watch de cuarta generación podrá sumergirse más y durante más tiempo. También hay que tener en cuenta que a menor cantidad de partes mecánicas móviles, menor probabilidad de que surjan averías.
Al mismo tiempo la ausencia de esas partes mecánicas internas para los botones tradicionales implica tener más espacio en el interior del reloj, que puede aprovecharse para colocar más sensores o tener una batería más grande. El motor táptico ya está presente en las generaciones actuales del Apple Watch, de modo que por este frente no hay que añadir nada más.
La función principal de los botones no va a cambiar demasiado. Seguiremos teniendo la “rueda digital” o digital crown como la llama Apple, parte identifica del Watch y de muchísimos relojes tradicionales. Y físicamente seguiremos pudiendo girarla físicamente para desplazarnos por el contenido de la pantalla, pero dejaremos de pulsarla para simplemente empujarla y recibir una respuesta táptica. También seguiremos teniendo un segundo botón bajo la rueda digital con la que invocaremos las aplicaciones de watchOS que hemos usado más recientemente.
Puede que estos nuevos botones hayan facilitado ese nuevo diseño del reloj que lleva rumoreándose durante bastante tiempo: el Apple Watch Series 4 conservaría su apariencia y sus dimensiones, pero tendría una pantalla OLED con menos marcos que los que tenemos ahora mismo.
Este rediseño motivaría a los propietarios de relojes de generaciones anteriores a renovar el dispositivo. Sobre todo ocurriría con los propietarios de un modelo original de los lanzados en 2015, ya que watchOS 5 (cuyo lanzamiento será en octubre) dejará de ser compatible con esa generación. Seguirá siendo usable, desde luego, pero ya no podrá tener las últimas novedades de su sistema operativo.
Otra novedad que puede tener este próximo Apple Watch, aunque con esto ya no tenemos tantos detalles en los rumores, es la posibilidad de que las propias correas del reloj tengan funciones adicionales. Pasaríamos de simplemente escoger correa por sus colores o materiales a elegir si por ejemplo queremos también un sensor o una batería adicional en ella.
Ya hay señales de esto en algunas patentes de Apple. Esta que ha aparecido hace pocos días nos describe una correa o pulsera inteligente que se hincharía para poder determinar nuestra presión sanguínea, algo que a lo mejor el usuario general no necesita pero sí que en hospitales y en algunos casos concretos puede ser extremadamente útil y facilitar el trabajo de mucha gente.
Con estas vías, queda claro que el Apple Watch todavía tiene muchos ases en su manga. Veremos qué camino es el que toma Apple cuando presente los nuevos modelos una vez haya terminado el verano.
Fuente: Tecnoxplora
Por: Miguel López