a sociedad se encuentra en pleno proceso de adaptación a la nueva realidad forzada por la pandemia de coronavirus y este proceso implica la adopción de nuevos hábitos, como es el caso de los conciertos virtuales. Cuando empezó la pandemia los músicos de todo el mundo se lanzaron a ofrecer actuaciones digitales gratuitas. La consigna era “estar ahí”: primaba la pasión en detrimento de la calidad técnica. Fue curioso ver a ídolos como Taylor Swift, los Rolling Stones, Chris Martin (o en España Alejandro Sanz o Robe Iniesta) en cutres grabaciones caseras, sonado en alguna ocasión desafinados. Meses después, ha llegado el negocio.
Uno de los principales nombres que está preparando su entrada en el negocio es Spotify. El gigante danés de la música en streaming ha filtrado una nueva función que permitiría a sus abonados asistir a conciertos virtuales en los que, lógicamente, no sería necesario desplazarse ni asistir a locales. No ha habido un anuncio oficial por parte de la firma, pero ha sido la ingeniera Jane Manchun Wong, que ya ha filtrado en el pasado con éxito nuevos lanzamientos de Spotify, la que ha mostrado al mundo el aspecto que tendrá esta transgresora función. Este nuevo servicio se conocerá como Virtual Events y permitirá a los usuarios del servicio conocer la fecha y hora de los conciertos virtuales de sus artistas favoritos y escucharlos en vivo desde sus dispositivos.
Directos desde el salón de casa
Spotify no se ha posicionado de forma oficial ante esta filtración y tampoco se conocen los detalles del nuevo servicio, pero todo parece indicar que se trata de una forma de rentabilizar conciertos en exclusiva a través de su plataforma. No queda claro cómo funcionará el servicio pero por las filtraciones podemos deducir que los usuarios de Spotify podrán buscar los conciertos virtuales y desde la propia aplicación se puedan escuchar en directo.
La empresa cuenta en su haber con una dilatada experiencia conectando a los artistas con su audiencia y no es nueva en este terreno: cuenta con acuerdos con plataformas de venta de entradas como Ticketmaster y Eventbrite mediante las cuales sus abonados podían adquirir entradas para los conciertos presenciales de sus principales artistas. En este caso, Spotify haría lo propio pero de forma virtual y previsiblemente, con contenido exclusivo para sus usuarios.
Otras opciones para disfrutar de música en directo
Olivier Geynet es el director comercial para España de Dice, empresa inglesa y una de las líderes en el sector, responsable de la venta online de, por ejemplo, el festival Primavera Sound, y organizador del recital íntimo de Cave en Alexandra Palace.”Desde la covid-19, además de hacer venta inteligente de entradas, nuestro negocio son los conciertos de pago online. En marzo el 90% de estos recitales en nuestra plataforma eran gratuitos; hoy el 82% son de pago”, señaló recientemente este francés que lleva viviendo en España 22 años. Geynet no tiene dudas de que este tipo de recitales se quedará incluso después de la pandemia. “Es más: ya estamos negociando con las ediciones de festivales de 2021 dos tipos de entradas: las presenciales y las de streaming”, informa. Geynet pone el ejemplo del fútbol cuando no existía la pandemia: “Se puede ir al Camp Nou o al Metropolitano, o ver el partido desde casa en la televisión. Así será con los conciertos”.
En los productos de internet, no siempre ocupa una posición de liderazgo el que ofrece más funciones, sino el que alcanza la hegemonía en número de usuarios. Un buen ejemplo de esto es WhatsApp, que siempre parece ir un paso por detrás de sus rivales en prestaciones, y en el caso de los directos, dos plataformas marcan los ritmos gracias a un número de usuarios desmedido: YouTube y Facebook. El primero no necesita presentaciones en el terreno del vídeo y los desarrolladores adoptaron los directos en su plataforma con una facilidad pasmosa.
En realidad, cualquiera que tenga YouTube podría celebrar su propio concierto mediante la simple pulsación de un botón, pero es por el número de usuarios por el que el producto de Google suele ser la elección habitual para sus live-streams. Esta plataforma permite una resolución hasta 4K (dependiendo siempre, claro está, del ancho de banda del espectador) y potencialmente hasta 36 horas de emisión ininterrumpida. Por otro lado, quién mejor que Google para hablar de monetización y esta es posible gracias a los anuncios y super chats (donaciones en directo).
Facebook compite de tú a tú con YouTube en este terreno y también cuenta con una plataforma para emisiones en directo: Facebook Live. Al igual que sucede con YouTube, Facebook Live se integra con gran naturalidad en la aplicación mediante un simple botón que puede convertir en artista a cualquiera que se anime, pero su elevado número de usuarios lo convierte en un canal de elección natural por parte de las bandas para los directos. La alternativa del equipo de Mark Zuckerberg, eso sí, cuenta con más limitaciones que YouTube al limitar la resolución de los directos a 720p (muy lejos del 4K de los primeros), la duración de la emisión a 4 horas, y lo que resulta más importante, una monetización que no es directa, como sucede con YouTube. Aun así, Facebook Live sigue siendo una plataforma popular en la emisión de los directos, aunque más centrada en el terreno de las noticias.
Si hace unos meses nos hubiera parecido algo remoto considerar los directos de Instagram como una forma de ver música en directo, la pandemia ha demostrado justo lo contrario: se trata de una poderosa herramienta al servicio de los músicos que no necesitan (ni su público lo exige), una calidad de audio y vídeo elevada. Un buen ejemplo de esto ha sido la cuenta en la red social de Chris Martin, vocal de Coldplay, que para animar a sus seguidores en los inciertos momentos del confinamiento, no dudada en coger su guitarra e interpretar con gran naturalidad canciones del repertorio de la banda. Esta herramienta permite hasta una hora de emisión en directo y, marca de la casa, la grabación es en vertical, como buen producto móvil que es.
La realidad virtual también se ha asomado a la música. Un ejemplo es la aplicación llevada a cabo por Melody VR. Esta plataforma permite al usuario trasladarse virtualmente al concierto —gracias al empleo de gafas de realidad virtual— e incluso elegir el punto desde el cual puede ver a su banda, pudiendo cambiar de ubicación a voluntad. Melody VR ofrece lógicamente una experiencia mucho más inmersiva ya que se puede disfrutar de la música desde el propio escenario (aunque realmente nos encontremos en casa). El usuario puede pagar por la emisión del concierto completo o por canciones sueltas, y su gran handicap es requerirá la adquisición de unas gafas de realidad virtual para obtener una experiencia total.
¿Cuál es el futuro?
Pero, más allá de las plataformas… ¿Estamos ante el futuro de los conciertos o una adaptación provisional de los mismos? Íñigo Argomániz, CEO de la promotora musical Get In, considera que este tipo de productos son “una transición temporal” hacia unas nuevas tecnologías que estaban condenadas a llegar. Este experto sostiene que los conciertos presenciales están lejos de desaparecer y de hecho, poco a poco se van celebrando respetando las más estrictas medidas de seguridad. “No se conoce ni un solo contagio en los conciertos que hemos organizado”, explica, pero no obstante, reconoce que la pandemia no ha hecho sino precipitar la adopción de unas nuevas tecnologías que tarde o temprano se asentarían en este sector.
¿Dónde está el negocio realmente en este servicio? Argomániz advierte de un error que muchos han cometido al dar el salto del concierto presencial al virtual: ofrecer el mismo recital en streaming en varias sesiones. Esto es, un artista determinado puede celebrar el mismo concierto en diferentes ciudades y logrando un lleno absoluto en todas ellas; en este caso, los artistas repiten sin problemas la secuencia de las interpretaciones porque la audiencia es siempre nueva. Esto no sucede con los conciertos virtuales: una vez que se asiste a uno no hay razón para repetir salvo que se sea un fan absoluto de la banda. En un entorno virtual, “no funciona repetir el mismo concierto: lo que funciona es el contenido exclusivo”, explica este promotor musical.
En este sentido, los artistas podrán monetizar con mayor facilidad un evento que únicamente se va a emitir una sola vez en una plataforma determinada, un especial que los fans de las bandas no podrán perderse. Se trata, en definitiva, de repetir el modelo de negocio que las plataformas de televisión en streaming como Netflix o HBO ya aplican: rentabilizar el contenido que emiten en exclusividad, aunque en este caso sea mediante suscripción. No queda claro cómo pretende rentabilizar Spotify esta nueva función, aunque se asume que sería de la misma manera un contenido extra para los abonados su suscripción.
Fuente:
Moreno, C. (2020, 5 septiembre). Colmenas inteligentes para combatir el colapso de las abejas. Recuperado 7 de septiembre de 2020, de https://retina.elpais.com/retina/2020/09/04/innovacion/1599213446_348894.html</p;>