Esta moda comenzó con un mero experimento hace algunos años, pero hoy día se encuentra disponible incluso en sitios donde realizan tatuajes y perforaciones, con precios que van desde los 50 hasta los 150 dólares con todo y el procedimiento quirúrgico.
La moda del llamado ‘Biohacking’ sigue creciendo en varias regiones del mundo, la cual consiste en implantarse chips NFC o RFID en el cuerpo para así activar funciones en ciertos dispositivos, con lo que, según los portadores de estos chips, facilitan su vida diaria.
Esta moda comenzó con un mero experimento hace algunos años, pero hoy día se encuentra disponible incluso en sitios donde realizan tatuajes y perforaciones, con precios que van desde los 50 hasta los 150 dólares con todo y el procedimiento quirúrgico. Hoy conoceremos el caso de una chica que ha adoptado esta tecnología porque “es como ser un Jedi”.
Nuestro cuerpo como dispositivo tecnológico
Shanti Korporaal es una chica australiana de 27 años, que como muchas personas en el mundo, creció disfrutando las aventuras del universo Star Wars, además de que Australia es considerado uno de los países más importantes para la saga. Por lo anterior, uno de sus sueños ha sido tener algún tipo de poder Jedi, y el descubrir el mundo del biohacking le está abriendo las puertas a ese sueño.
Shanti se enteró hace un par de meses que los procedimientos de biohacking habían llegado a su país después de que en Estados Unidos han sido todo un éxito, por lo que decidió implantarse un par de chips, un NFC y un RFID, en cada mano, algo que le ha permitido programar varias acciones en su empresa y hogar, como por ejemplo abrir las puertas con sólo un movimiento de la mano, tal y como si fuera un Jedi, la diferencia es que tiene que hacerlo frente a un sensor que reconoce el chip.
El RFID está programado para abrir puertas y realizar pagos en algunos sitios, mientras que el NFC contiene datos de salud y contacto. Estos chips son del tamaño de un grano de arroz y se instalan por medio de una jeringa entre el dedo índice y el pulgar, esta facilidad hace que el “kit de instalación” se pueda conseguir por internet para que sea la misma persona quien se lo instale, o bien, se puede acudir a sitios donde hacen perforaciones para hacer el procedimiento por alrededor de 50 dólares, esto porque incluye anestesia local para quien no es capaz de soportar el dolor.
Hay que destacar que este procedimiento no está regulado por ninguna institución de salud en el mundo, sin embargo hasta el momento no se han reportado casos de que esto afecte de alguna manera al organismo, o se presenten efectos secundarios que pudieran poner en riesgo la salud de la persona, lo que ha ocasionado que cada vez más personas se atrevan a realizarse esta intervención, porque según ellos es como una forma de tener súper poderes, sí, incluso sentirse Jedis.