“Gran parte de lo que, en general, conocemos sobre Inteligencia Artificial procede de libros y películas de ciencia ficción”. Es la advertencia de un panel de expertos impulsado por la Universidad de Stanford para analizar cómo la extensión de la Inteligencia Artificial afectará la vida urbana en 2030. Y aunque prevén que los cambios serán en positivo, los participantes alertan sobre “retos profundos” a encarar ante un nuevo paradigma cuya transformación empieza ya a sentirse en las ciudades.
“¿Quién es responsable si un vehículo autónomo choca?, ¿y si un equipo médico inteligente falla? ¿Cómo evitar que las aplicaciones de inteligencia artificial se utilicen para la discriminación racial o para el fraude financiero?”. Son algunas de las incertidumbres que plantea este grupo formado por 17 expertos académicos y de la industria en su estudio ‘Inteligencia artificial y vida en 2030’.
Con vocación de continuidad, este análisis pretende aportar conocimiento en un campo todavía muy desconocido en el que se operará una profunda transformación a lo largo de los próximos años, en los que se espera que la Inteligencia Artificial penetre en prácticamente todos los ámbitos de la vida. “Ser transparentes sobre los desafíos que va suponer permitirá construir confianza y evitar miedos y sospechas injustificados”, asegura una de las participantes, la experta informática de Harvard Barbara Grosz.
Por ello, el equipo analiza uno a uno ocho campos de la vida diaria sobre los que incidirá la Inteligencia Artificial, además de hacer varias recomendaciones a las autoridades de los distintos países. Estas son, básicamente, que se promueva el debate y que se interceda para que los potenciales beneficios de este nuevo paradigma no tengan implicaciones en campos como la ética, la seguridad o la privacidad y, también, para que los potenciales beneficios de este despliegue de tecnología no lleguen solo a unos pocos.
Estas son las principales conclusiones sobre las ocho áreas analizadas en las que impactará la Inteligencia Artificial:
1. Impacto de la Inteligencia Artificial sobre el transporte.
Con importantes cambios en este campo ya en la actualidad (desarrollo de vehículos eléctricos autónomos o la llegada del transporte como servicio), este terreno será con toda probabilidad de los primeros que lleven a la ciudadanía en general a decidir si confía en la Inteligencia Artificial o no. De hecho, la transformación que ya se ha operado va seguir acelerándose. En ella, los vehículos autónomos y los servicios para compartir transporte ganarán protagonismo hasta convertirse en algo común. Además de eliminar la necesidad de contar con un vehículo, los cambios que se avecinan impactarán en el uso del tiempo por parte de la ciudadanía, así como en la propia organización de las ciudades puesto, por ejemplo, sus habitantes podrán vivir más lejos del trabajo. Por otra parte, la ausencia de legislación específica sobre estas modalidades de transporte plantea muchas dudas a resolver, como la responsabilidad en caso de accidentes. Otro desafío de contar con una infraestructura de transporte conectada lo representan los hackers y su capacidad para explotar las vulnerabilidades del sistema.
2. Robótica de servicios.
La robótica de servicios para viviendas va a seguir expandiéndose de aquí a 2030, con máquinas para la limpieza del hogar o robots que limpien oficinas o repartan mensajería, entre otros posibles usos. Sin embargo, los expertos estiman que las posibilidades en este campo pueden verse limitadas por el alto coste de los equipos y por el reto que supone crear hardwares fiables y listos para saltar al mercado. Pese a todo, el futuro parece pasar por la robótica de servicio con mejores chips, menores costes e incluso mejoras en la capacidad de comprensión e interactuación de las máquinas.
3. Avances en salud con Inteligencia Artificial.
El campo de la salud destaca por los avances que se esperan de la mano de la Ingeligencia Artificial. “Tiene potencial para mejorar la calidad de vida de millones de personas”, asegura el estudio. El uso de robots para cirugías o para apoyar en las tareas de un hospital, sensores para monitorizar distintos parámetros sobre la salud de los pacientes, historiales electrónicos y aplicaciones móviles para la recolección de datos son algunas de las realidades que explican las expectativas. Sin embargo, la manera de garantizar la privacidad de los historiales clínicos y, de nuevo, la asunción de responsabilidades cuando algo falla, son dos campos que generan muchas incertidumbres.
4. Educación y el riesgo de perder el contacto.
Aunque la falta de recursos económicos por parte de universidades y otros centros educativos ha contenido el avance de la Inteligencia Artificial en la educación, el panel de expertos no duda de que, para 2030, esta se extenderá potenciando, por ejemplo, los escenarios de realidad virtual para el desarrollo de los estudiantes. Con esto, se espera que los profesores, los de carne y hueso, se apoyen cada vez más en la tecnología para atender las necesidades específicas de cada alumno. La generalización del aprendizaje a distancia, con tecnologías que harán las veces de tutor interactivo, por ejemplo, tiene ventajas, pero también riesgos. En un contexto en el que los jóvenes tienden cada vez más al contacto a través de las redes, si la educación es también online, ¿que efecto puede tener la ausencia de relaciones cara a cara entre los estudiantes?
5. Comunidades con bajos recursos.
Con una visión muy optimista sobre el avance de la tecnología, el estudio subraya en este punto su potencial para aportar soluciones que beneficien a las comunidades más desfavorecidas. Sin embargo, para que esto sea así se incide en que los incentivos serán necesarios en un contexto en el que los inversores suelen escapar de aquello que no cuenta con una aplicación comercial. Con políticas de apoyo adecuadas, el potencial podría ser importante puesto que la Inteligencia Artificial se ha empleado ya con éxito para mejorar la eficiencia en el reparto de alimentos o para prevenir intoxicaciones entre menores en riesgo.
6. Impacto de la robotización sobre el empleo.
Este es uno de los ámbitos en lo que existe más debate sobre la expansión de la Inteligencia Artificial y su impacto para expulsar del mercado de trabajo a millones de personas. Profesiones como la de taxista o conductor en general están llamadas a desaparecer conforme el impacto de la tecnología se extienda. Aunque es indiscutible que la Inteligencia Artificial sustituirá al hombre el muchas tareas, en especial las más simples y mecánicas, también es cierto que creará nuevos empleos. No obstante, desde este equipo de expertos advierten de que es momento para debatir sobre este punto y sobre las vías para que los beneficios de los cambios que se avecinan no excluyan, y lleguen a la mayor parte posible de la sociedad.
7. Seguridad Vs privacidad.
Para 2030, es más que probable que las distintas administraciones sostengan en buena medida sus estrategias de seguridad pública sobre tecnologías de Inteligencia Artificial. Las cámaras y los drones para la vigilancia, o el uso de algoritmos para la detección del fraude financiero son algunos ejemplos dentro de este ámbito que también levanta ampollas.
El riesgo de que la vida de cualquiera pueda ser monitorizada de manera permanente y de forma injustificada está ahí, con el recorte a las libertades que esto supone. Y es que tal como afirman en este artículo de 1and1: “los algoritmos inteligentes pueden procesar los crecientes conjuntos de datos de manera más eficiente. Para los críticos, el procesamiento de datos mediante las tecnologías de IA va a ser cada vez más difícil de entender y controlar para los consumidores. Sin embargo, al contar con los recursos y conocimientos necesarios, serían las empresas y los expertos quienes tendrían el control exclusivo de dicha información”.
Otra amenaza es que los prejuicios humanos puedan trasladarse a las herramientas inteligentes para la predicción y la vigilancia como ya está ocurriendo [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].
8. Transformación del entretenimiento.
Las redes sociales y todo tipo de plataformas para compartir y visionar fotos, vídeos, etc. han trasformado la forma de entender y disfrutar el tiempo de ocio. Además, en áreas tradicionales como la composición musical o la puesta en escena, también se está adoptando esta tecnología. Estas novedades, que parten de técnicas para el procesamiento de imágenes o la recuperación de información, han sido muy bien recibidas por la sociedad, para la que sin embargo plantea retos. Como ocurría con la educación, el nuevo concepto de entretenimiento puede acabar por traducirse en la desaparición de las relaciones sociales. Además, se prevé que se ahonde en estos cambios, con opciones para el entretenimiento más interactivas y personalizadas.