Un microprocesador desarrollado por investigadores españoles e italianos cifra los datos con números aleatorios generados por las propiedades de la luz cuántica
Uno de los principales componentes necesarios a la hora de crear un sistema de comunicaciones cifrado es un generador de números aleatorios que haga que, aunque alguien intercepte los mensajes, le resulte imposible descifrarlos, o al menos hacerlo en un tiempo razonable como para que pueda hacer algo al respecto.
Para esto se pueden usar algoritmos –programas– generadores pseudoaleatorios de números que producen algo que se aproxima mucho a una sucesión de números aleatorios. Pero en realidad su funcionamiento depende de una serie de valores iniciales, de ahí que se les llame pseudoaleatorios, y de ahí la necesidad de probar con mucho cuidado estos algoritmos antes de decidir que se pueden usar. Aún así, ello no evita que puedan esconder algún fallo difícil de ver en su implementación.
En este sentido, son mucho más fiables los dispositivos que generan números aleatorios de verdad a partir de un proceso físico como una ruleta, tirar los dados, o el ruido que generan los electrones al circular por un conductor para generar números verdaderamente aleatorios.
En este campo, un chip desarrollado por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas de la Universidad Politécnica de Cataluña y otras instituciones españolas e italianas promete llevar a los dispositivos móviles una capacidad para generar números aleatorios nunca vista hasta ahora.
El dispositivo genera los números aleatorios usando las propiedades cuánticas de la luz, un proceso completamente al azar y que no hay manera de predecir.
Está implementado en un circuito integrado fotónico –similar a los circuitos integrados electrónicos– de 6 milímetros por 2 mm, mucho más pequeño que otros generadores aleatorios por hardware, lo que facilitará su integración en los citados dispositivos móviles.
Aparte de su tamaño lo que más destaca es su velocidad, ya que es capaz de generar varios gigabits por segundo de números aleatorios.
Esto es suficiente para cifrar en tiempo real comunicaciones de voz o vídeo así como la transferencia de datos a través de las redes de comunicaciones, así que pronto podríamos ver dispositivos móviles que incorporan un nivel de cifrado como nunca antes habíamos visto, lo que dificultará la vida hasta lo indecible a quienes quieran meter la nariz en comunicaciones ajenas.
Javier Pedereira
Octubre 2016
Fuente: EL PAÍS