Para entender el funcionamiento de un ordenador se suele usar el símil del cerebro humano, pero estos aparatos aún no tienen nada que ver con nuestra sofisticada maquinaria natural. Sin embargo, el santo grial de la computación es imitar nuestras capacidades para almacenar y procesar información.
Ahora, un grupo de científicos de las universidades de Oxford y Exeter (Reino Unido), y Münster (Alemania), podría estar un paso más cerca de esta aspiración. Los científicos han desarrrollado chips que utilizan la luz en lugar de la electricidad para imitar la funcionalidad de la sinapsis de un nervio, abriendo el camino para crear un hardware que combine la velocidad de los procesadores modernos con la eficiencia de la capacidad intelectual.
La investigación, que se ha publicado en Sicence Advances, combinó materiales de cambio de fase, que se pueden encontrar en artículos tan comunes como los discos ópticos reescribibles, con circuitos fotónicos integrados especialmente diseñados para proporcionar una respuesta sináptica biológica que pueden funcionar a velocidades mil veces más rápidas que las del cerebro humano, según se detalla el artículo.
Las sinapsis en el cerebro superan en número a las neuronas en una proporción de alrededor de 10.000 a 1. Según los investigadores, lo que han conseguido es imitar el comportamiento sináptico de las neuronas. El líder del estudio, Harish Bhaskaran, profesor de la Universidad de Oxford, razona en un comunicado por qué el desarrollo de ordenadores que funcionan de un modo más parecido al cerebro humano ha sido una meta para los científicos durante décadas: “Por una red de neuronas y sinapsis, el cerebro puede procesar y almacenar grandes cantidades de información de forma simultánea, utilizando solo unas pocas decenas de vatios de potencia. Los ordenadores convencionales no pueden acercarse a este tipo de rendimiento”.
“Los ordenadores electrónicos son relativamente lentos, y cuanto más rápidos los fabricamos, más energía consumen”, cuenta C. David Wright, de Exeter, que añade que tampoco cuentan con ninguna de las capacidades de aprendizaje y procesamiento de las que tiene el cerebro humano. El equipo cree que la investigación podría allanar el camino para una nueva era de la informática, donde las máquinas trabajen y piensen de manera similar al cerebro humano, al tiempo que explotan la velocidad y la eficiencia energética de los sistemas fotónicos.
Otra aspiración recurrente de la informática es, no solo imitar el cerebro humano sino unirse a él. Neuralink es la nueva iniciativa de Elon Musk para conectar tu cerebro a la inteligencia artificial. Este magnate, creador de empresas como Tesla o SpaceX, registró recientemente en California esta nueva compañía, cuyo objetivo es desarrollar la tecnología necesaria para crear conexiones directas entre un ordenador y el cerebro humano. Aunque se define como una compañía de investigación médica y sus prototipos serán muy probablemente implantes cerebrales que traten enfermedades como la epilepsia, el Parkinson o la depresión, los peligros de esta tecnología son muchos y algunos son evidentes y hay que tenerlos en cuenta desde ahora. Al menos así lo cuenta, Christopher Markou, doctorando de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), en el artículo.
Fuente: Science Advances