Investigadores de la Universidad de Michigan han desarrollado una placenta artificial que imita el útero. Dispositivo que mejoraría la tasa de supervivencia de los bebés prematuros.
La placenta es el órgano que hace las veces de intermediario entre la madre y el feto mientras dura el proceso de gestación. Se encuentra presente en casi todos los mamíferos y en los seres humanos ocupándose especialmente de atender las principales necesidades del feto mientras se encuentra en el útero como la respiración, nutrición y excreción.
La tecnología no ha llegado a un ensayo clínico, sin embargo la placenta artificial ya ha mantenido a cinco corderos prematuros con vida durante una semana. Los corderos fueron trasladados a la placenta artificial, que utiliza la oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC), sin tomar su primera respiración.
La OMEC es un tratamiento que utiliza una bomba para hacer circular sangre a través de un pulmón artificial de nuevo hacia el torrente sanguíneo de un bebé muy enfermo. Este sistema suministra apoyo con circulación extracorporal (por fuera del cuerpo del bebé)
El objetivo final de casi una década de trabajo sostenido es el desarrollo de esta placenta artificial para ayudar a los bebés extremadamente prematuros con mayores riesgos de invalidez o muerte, y así puedan continuar con el desarrollo de órganos críticos fuera del vientre de su madre, refieren los investigadores.
A pesar de los avances significativos en el tratamiento de la prematuridad, el riesgo de muerte y discapacidad a largo plazo sigue siendo alta para los bebés prematuros (nacidos antes de las 24 semanas). Sus cuerpos simplemente no están preparados para la vida fuera del útero.
“Uno de los riesgos más graves para los bebés extremadamente prematuros son los pulmones subdesarrollados que son demasiado frágiles para manejar incluso las técnicas de ventilación más suaves”, dijo George Mychaliska, investigador principal.
Sin duda un significativo avance en el campo de la medicina que ofrece un cambio de paradigma completo, pues aunque la investigación está todavía en una etapa preliminar, se ha pasado un hito importante que nos da la posibilidad de revolucionar el tratamiento de la prematuridad.
Ahora los investigadores esperan en los próximos cinco años dar el siguiente paso y determinar si esta tecnología justifica los ensayos clínicos preliminares en bebés prematuros.