Se produce con los deshechos de los granos de la cebada. Cada año en Escocia se producen unas 750.000 toneladas de desechos en la industria del whisky de malta.
La búsqueda de combustibles ecológicos alternativos a la gasolina y el diésel se hace cada vez más intensa, y arroja resultados interesantes y curiosos. Uno de estos logros es el biobutanol, un logro de los investigadores de la Napier University de Edimburgo, que desde el año 2012 están trabajando el el estudio de las posibilidades de reutilización de los resíduos derivados de la fabricación del whisky.
Aunque el biobutanol es un sustituto directo del petróleo y el diésel, no se trata de echar el whisky directamente al depósito. El combustible aprece haber funcionado en la prueba que los investigadores han realizado a bordo de un Ford Focus en el que empelaron su combustible alternativo sin ningún tipo de problema. El profesor Martin Tangney, fundador de la compañía se ha felicitado tras el experimento, comentando que “es la primera vez que un coche se ha conducido gracias a un biocombustible de whisky”.
El biocombustible de whisky se produce con los deshechos de los granos de la cebada (ricos en azúcar). Estos se dejan a remojo a altas temperaturas para extraer estos azúcares. Para el biocombustible de whisky también se utilizan los restos obtenidos tras la destilación.
Cada año en Escocia se producen unas 750.000 toneladas de desechos en la industria del whisky de malta. Además, también produce dos mil millones de litros de pot ale. Algunas destilerías ya trabajan en aprovechar estos residuos. Celtic Renewables pretende convertirlos en millones de litros de biocombustible de whisky.
Fuente: ABC