La tecnología 5G es una revolución. Promete cambiar nuestra relación con el teléfono móvil y lo que nos rodea, dejando muy atrás al actual 4G. Lo hará en tres ejes: una mayor velocidad (superando el gigabyte por segundo), una menor latencia (el tiempo de respuesta bajará hasta los dos o tres milisegundos, por debajo incluso del ser humano) y una enorme capacidad para conectar miles de dispositivos por kilómetro cuadrado, permitiendo el despegue decisivo del llamado internet de las cosas y solventando problemas de cobertura. Pero, ¿Es ya el 5G una realidad? ¿Cuándo va a notar el usuario medio sus ventajas?
“Estamos trabajando en ello”. Ha sido la respuesta más escuchada en el Forum 5G celebrado la semana pasada en Málaga y donde participaron representantes de operadoras, fabricantes y otros actores involucrados en el desarrollo de esta tecnología. Las fechas de implantación ofrecidas han sido muy similares por unos y otros: los primeros móviles llegarán al mercado en los próximos meses, 2020 será el año del despliegue de la infraestructura y 2021 cuando las operadoras lancen las primeras tarifas de datos. Entonces llegará la irrupción masiva, que será definitiva en 2023. “El usuario se convertirá entonces en súper usuario”, dice Jesús Martín, responsable de tecnología de Samsung Iberia. Cada persona pasará a consumir 30 gigas al mes de media frente a los dos actuales, según los datos que maneja Huawei. “Todo ello teniendo en cuenta que esta tecnología llegará primero a las grandes ciudades, luego a las menores y finalmente al mundo rural”, subraya Federico Ruiz, responsable del Observatorio Nacional 5G.
Aún queda. Y lo primero que se deben construir son los cimientos de esta autopista de información. “Sin la infraestructura de las operadoras, de nada servirá tener un móvil con 5G” explica Virginia Teixeira, directora de Ingeniería de Sistemas en Cisco, empresa fabricante de tecnología de comunicaciones, que cree que ese despliegue debe hacerse pensando “en el mañana” para que no quede obsoleto pronto. “La tecnología está, ahora es su turno”, insiste Álvaro Villegas, director de Nokia Bell Labs España. Vodafone, Orange, Telefónica y MasMóvil no rehúsan su papel. Llevan años probando y aprendiendo sobre 5G con proyectos en diversas ciudades de España. Pero cuesta dar el paso porque traen la lección aprendida tras la experiencia del 3G y 4G. “Hacer todo el despliegue de infraestructuras conlleva un gran gasto” apunta Tomás Palacios, director de Ingeniería de Producto de Orange España. “Y para tener un retorno de las inversiones, necesitamos aún una tecnología más madura”, añade.
Renovar o adaptar
Eso sí, nada de abrir calles o de instalar grandes antenas. Se dispondrán miles de pequeñas células junto a las instalaciones ya existentes o se aprovechará el mobiliario urbano. Y no emitirán ondas para que cada dispositivo las capte como los equipamientos actuales: se dirigirán directamente a cada terminal, como si fuera un rayo láser. Su alcance está por ver. Hay pruebas que han demostrado un alcance de un kilómetro, pero otras recomiendan que solo se alejen 200 metros de los dispositivos. Sea cual sea la opción final, el coste de su instalación será alto. Se discute si la opción es adaptar parte de la tecnología actual 4G para su uso como 5G, aunque los expertos aseguran que para sacar todo el rendimiento es mejor una renovación completa.
Y, finalmente, los usos. El 5G es el paraguas que afianzará la realidad virtual y la aumentada. También el Big Data, la nanotecnología, la inteligencia artificial o la biofarmacéutica. Y, sobre todo, revolucionará el internet de las cosas al permitir un alto número de dispositivos conectados a la vez, ya sean teléfonos, coches o lavadoras. “Se romperá la conexión entre personas y móviles: a partir de entonces estaremos conectados con las cosas”, asegura Javier García, responsable de ingeniería de red radio en Vodafone Global.
Y para que el usuario medio haga suya la tecnología, todo el ecosistema 5G anda como loco por descubrir cuál será la próxima killer application. Es decir, la aplicación que determine el futuro uso de esta tecnología y la convierta en apetecible y masiva para la ciudadanía, como ya ocurrió con los mensajes SMS o las videollamadas. Los e-sports y todo lo relacionado con el gaming pueden ser la clave. El coche autónomo, los drones de emergencias, la mejora de la productividad industrial o las cirugías en remoto serán posibles gracias al 5G. Pero para el ciudadano medio aún hay lagunas: su uso será similar al del 4G. Eso sí, las expectativas son altas: “Cualquier cosa que pienses, se va a poder hacer”, destaca García. Y para que se puedan hacer, el despliegue del 5G ha empezado ya a recorrer su camino. “Estamos trabajando en ello”, dice Álvaro Villegas, aunque sus palabras podrían haber sido puestas en boca de cualquier asistente al 5G Fórum de Málaga.
Fuente: El Pais