La startup Light se ha marcado el propósito de integrar en los smartphones cámaras de calidad comparable a las réflex, empleadas para la fotografía profesional. La histórica marca Leica la respalda económicamente.
La fotografía se ha convertido en uno de los reclamos más determinantes a la hora de comprar un smartphone. A estas alturas los fabricantes han alcanzado un nivel de sofisticación tal que compiten los unos con los otros estrechamente. Las novedades son pocas en los nuevos dispositivos, incluidos los de gama alta, y ahora parecen ser elementos de software lo que el marketing del sector trata de potenciar (las capacidades de la inteligencia artificial, los asistentes personales o la realidad aumentada).
Sin embargo, parece que en las fotos aún hay margen de mejora. Tal vez esté más en el ámbito del software, que en base a algoritmos dedicados pula las imágenes extraídas con la cámara, y puede que también esté en el hardware, que podría miniaturizarse aún más, añadir más lentes o establecer distintas aperturas mediante elementos físicos.
En ambos terrenos se mueve la startup Light. Esta empresa, nacida en 2013 con el objetivo de llevar a los smartphones la calidad de las cámaras réflex, explora las posibilidades de mejora del hardware que montan los smartphone, pero también fórmulas para obtener fotografías más optimizadas mediante software.
Light ya cuenta con una cámara en el mercado, que se empezó a comercializar el pasado año. Su nombre es L16, un código alfanumérico que en realidad describe con una perfección ingenieril cómo es el dispositivo. La cámara tiene 16 lentes, de 13 megapíxeles cada una, que pueden hacer capturas a diferentes distancias focales. Todas ellas hacen la foto y sus resultados se combinan para obtener la mejor imagen posible.
Es una técnica que ya se emplea en smartphones de alta gama, con doble cámara, como los últimos Galaxy S de Samsung y los iPhone Plus, o incluso triple, como el P20 Pro de Huawei. Pero Light quiere llevarla más allá. De momento la cámara L16 es únicamente una prueba. Pese a que esté disponible comercialmente tiene un precio desorbitado de 2.000 dólares. Y es que el camino de la startup pasa por seguir investigando.
Tiene dinero para ello. Acaba de recibir una ronda de inversión de 121 millones de dólares, liderada por el fondo de la compañía japonesa Softbank, un fuerte inversor en el sector tecnológico. La financiación tiene la particularidad de que cuenta con la participación de la histórica compañía de fotografía Leica, que fabrica cámaras profesionales de altos vuelos. El capital se suma a los 65 millones de dólares obtenidos anteriormente, parte de los cuales los inyecto el fondo de Alphabet GV.
Con estos fondos la idea de Light no es crear una cámara y venderla, como con la L16, ni mucho menos fabricar su propio smartphone. El objetivo es pulir su plataforma, tanto hardware como software, e integrarla en los productos de los fabricantes de móviles. La empresa ha señalado que ya está en marcha el primer proyecto con un cliente y los frutos se verán muy pronto. En septiembre está previsto que llegue al mercado un smartphone con la tecnología fotográfica de Light, aunque la compañía no se permite dar más detalles.
Fuente: Tecnoxplora