Para los más de 40 millones de personas atendidas por los más de 300 sistemas sanitarios que colaboran con la start-up CrossChx, llegar a una cita médica se parece mucho a desbloquear un iPhone. El paciente sólo necesita el dedo índice derecho, que coloca sobre un lector de huellas dactilares en la mesa de recepción que verifica la identidad del paciente. El carnet se puede quedar a buen resguardo en la cartera.
Además de facilitar las visitas médicas y prevenir el fraude, los fundadores de CrossChx dicen que su sistema puede ayudar a que los historiales médicos de los pacientes estadounidenses se libren de las ineficacias y los errores impuestos por los sistemas informáticos normalmente aislados y a menudo desfasados de los proveedores de cuidados sanitarios.
Aunque el Gobierno de Estados Unidos ha gastado miles de millones de dólares para fomentar la adopción de historiales médicos electrónicos, muchos de los beneficios deseados parecen no llegar. CrossChx afirma que el 14% de los historiales tienen graves errores de identidad, por ejemplo. Y resulta difícil que los pacientes compilen un historial médico completo y lo trasladen a un nuevo proveedor, lo que puede dar paso a unas pruebas y tratamientos innecesarios o mal elegidos.
El CEO y cofundador de CrossChx, Sean Lane, cree que el uso de la huella dactilar permitiría crear un fuerte sistema identificativo común para los proveedores sanitarios. Esta herramienta representaría el desatascador necesario para beneficiarse de las ventajas reales de los historiales médicos electrónicos.
“La identidad es la base necesaria para hacer que la portabilidad y todas estas otras grandes ideas se materialicen”, afirma Lane. Espera que algún día los pacientes tengan una copia de sus propios historiales médicos dentro de una app móvil, y que puedan transferírselos a un nuevo proveedor de forma instantánea y sin tener que rellenar ni un formulario.
CrossChx, con sede en Ohio (EEUU), ya ha recibido 20 millones de dólares (unos 18 millones de euros) en financiación privada de inversores que incluyen Khosla Ventures, que apuesta fuerte por que la tecnología de computación transformará la sanidad (ver “Todos los hogares deberían tener un botiquín de primeros auxilios digital”).
CrossChx aún no traslada historiales médicos entre proveedores, pero sí pueden utilizar el software de identificación mediante huella dactilar y su software complementario de encriptación para comparar los historiales de distintos sistemas sanitarios para detectar errores, sin necesidad de revelar los datos reales.
La huella dactilar de una persona genera una identificación única que se emplea para encontrar y comparar historiales de la misma persona pero distintos proveedores. La encriptación de CrossChx está diseñada de forma que los errores tipográficos del nombre o número de seguridad social de una persona pueden ser señalados sin desvelar los datos reales, lo que permite a los proveedores sanitarios tomar medidas para corregir informaciones que faltan. CrossChx no guarda imágenes de las huellas dactilares de los pacientes, sólo códigos criptográficos generados a partir de ellas que no pueden ser empleados para reconstruir la huella única de una persona.
Niam Yaraghi, un investigador de la Institución Brookings que estudia la TI de la sanidad, dice que CrossChx ha logrado unos progresos impresionantes en un problema longevo del sistema sanitario de Estados Unidos. “Proporcionar una identificación única para los pacientes representa un paso muy importante hacia delante, tanto médica como políticamente”, asegura. “Es un paso importante hacia la interoperabilidad”.
Las preocupaciones de privacidad han frenado intentos anteriores de abordar el problema, explica Yaraghi. Y en 1999, el Congreso estadounidense aprobó una legislación que prohíbe al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos gastar fondos federales en el desarrollo de tecnologías de identificación de pacientes. Yaraghi dice que la necesidad de disponer de una mejor tecnología de identificación de pacientes ahora es aún más pronunciada, debido al hecho de que los historiales médicos ahora son robados con frecuencia por los piratas informáticos (ver Los hospitales sufren un aumento exponencial de robos de información personal).
Lane dice que la gente ahora se siente mucho más cómoda con el uso de las huellas dactilares para asegurar los datos gracias a la inclusión de esta tecnología en lossmartphones. Su plan es añadir más prestaciones a su sistema de fontanería de identificación, aumentando poco a poco sus capacidades.
La empresa ha diseñado una especie de tienda de apps donde los proveedores sanitarios pueden comprar software que trabaja con los historiales médicos protegidos por el software de encriptación de CrossChx, por ejemplo para gestionar los tiempos de espera. Este año, CrossChx tiene planes de lanzar una app móvil para consumidores donde podrán compilar una versión de sus historiales médicos en su móvil. Algún día, según Lane, esa app será capaz de vincularse con la tecnología de CrossChx para proveedores sanitarios, proporcionando así un método para que los pacientes controlen el acceso a sus propios historiales.
Sin embargo, a pesar del arranque impresionante de CrossChx, Yaraghi de la Institución Brookings afirma que la misión de la empresa de arreglar el asolado sistema de historiales médicos de Estados Unidos no será fácil. Firmar acuerdos con 300 proveedores es un buen comienzo, pero no todos están preparados para abandonar las preocupaciones tradicionales de que los sistemas compartidos de identificación plantean riesgos de privacidad y legales, concluye.
MIT Technology