Los bebés pueden llorar por muchos motivos (incluso en diferentes idiomas), y no siempre porque haya algo que le duela. Para saber si es el caso, un equipo de la universidad de Oxford dirigido por Rebeccah Slater ha desarrollado un nuevo dispositivo que lo detecta.
El dispostivo no te informará de la razón del llanto, pero al menos será capaz de descartar que el origen no es el dolor.
El lloro del bebé
Los investigadores monitorearon la actividad cerebral de 72 bebés recién nacidos, mientras recibían procedimientos de rutina y médicamente necesarios, pero que son experiencias que suponen sentir dolor, como una prueba del talón. Luego, los datos recopilados fueron comparados con los obtenidos en bebés que recibieron la misma lectura de actividad cerebral, pero sin el estímulo que supone la sensación de dolor.
Lo que hace este dispositivo no invasivo es analizar las señales nerviosas del cerebro del bebé asociadas al dolor a través de un pequeño sensor en el cuero cabelludo del bebé.
Rebeccah Slater, coautora del estudio, aclara: “Comportamientos similares se producen cuando los niños no sienten dolor, por ejemplo, si tienen hambre, necesitan un cambio de pañal o simplemente quieren un abrazo. Al basarse en la actividad cerebral, el nuevo método promete ofrecer una medida más objetiva.”
El siguiente paso ahora es tratar de determinar si el dispositivo es capaz de diferenciar entre dolores agudos y dolores crónicos que sean más leves. Algo necesario también para eliminar la zozobra que producen (dado que no sabemos su origen), pues el llanto de un bebé es más perturbador que un martillo neumático.
Fuente: Xataka