Cuando sufrimos una herida, hay que revisar frecuentemente los vendajes para evitar que aparezcan infecciones, y no siempre se logra actuar a tiempo para evitar la contaminación. Este nuevo apósito adhesivo no necesita que haya un médico pendiente. Si detecta bacterias se ilumina con una resplandor visible bajo luz ultravioleta.
El vendaje es obra del departamento de química de la Universidad de Bath, en el Reino Unido, con la colaboración de la Universidad de Bristol y el Hospital Infantil de Bristol.
El apósito lleva en su interior una capa de nanocápsulas llenas de un tinte fosforescente. Esta capa es sensible a las toxinas que generan las bacterias que producen las infecciones más comunes en heridas abiertas. Si aparecen bacterias, la nanocápsulas se rompen liberando el tinte luminoso. El vendaje no reacciona en absoluto a las bacterias benignas que suelen vivir sobre la piel.
El invento tiene muchas ventajas. Para empezar, hace que no sea necesario cambiar el vendaje con una frecuencia excesiva por razones preventivas, un procedimiento incómodo para el paciente y que contribuye a empeorar la cicatrización. También permite al médico administrar antibióticos sólo en caso necesario. El abuso del uso de antibióticos es precisamente la causa de la aparición de bacterias cada vez más resistentes.