Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza, han desarrollado un nuevo método para la fabricación de circuitos electrónicos flexibles capaces de llegar a ser estirados hasta cuatro veces su longitud inicial sin dejar de funcionar.
Los componentes electrónicos flexibles, como las pantallas existen desde hace años. Sin embargo hasta ahora no había sido posible desarrollar circuitos delgados que puedan estirarse sin perder conectividad.
El nuevo circuito puede ser retorcido y estirado en todas las direcciones hasta un millón de veces sin agrietarse o perder sus propiedades conductivas, refieren los científicos.
Para su desarrollo utilizaron un metal líquido, hecho de una aleación de oro y galio capaz de adaptarse los movimientos elásticos sin que dejara de conducir la electricidad de unos pocos nanómetros de grosor. Hasta ahora, los experimentos realizados en este sentido habían producido estructuras relativamente gruesas.
“El galio es buen conductor de la electricidad y tiene un bajo punto de fusión, alrededor de 28,5 grados centígrados. De hecho, este metal se usa comercialmente desde hace tiempo, mezclado con el indio y el estaño (galistano), como sustituto del mercurio en termómetros por su menor toxicidad. Gracias al proceso conocido como sobre enfriamiento permanece en estado líquido a temperatura ambiente”, dijo Arthur Hirsch, responsable de la investigación.
“Por su parte la capa de oro asegura que el galio permanezca homogéneo y evita que se separe en gotitas cuando entra en contacto con el polímero, lo que arruinaría su conductividad”.
El galio se ha convertido en un metal prometedor para conductores flexibles, pues es liquido casi a temperatura ambiente. El problema, es su alta tensión superficial y que en su estado líquido se ve rodeado de una capa de óxido de un espesor de pocos nanómetros, lo que hace que sea difícil crear una película delgada. Aquí entra en acción el oro: “Cuando se deposita el galio sobre una fina película de oro, forma una película continua de una aleación de oro/galio sólido y galio líquido; ésta es capaz de deformarse y volver a su forma inicial al sufrir una deformación aplicada”, agrego.
Hasta la fecha, los esfuerzos se habían concretado en la obtención de cables capaces de estirarse sin perder su conductividad. Ahora, el logro de los investigadores de la EPFL da un importante paso más allá.
Entre sus aplicaciones se encuentra ademas de integrar objetos electrónicos deformables, esta introducirlos en la industria textil, automovilística hasta en el campo de la salud donde aun se explora la creación de una piel artificial.