Los detalles en sus especificaciones y en sus lanzamientos hacen que los nuevos teléfonos de Apple sean buenos, pero no ideales.
Por fin, después de meses y meses de espera y de filtraciones con cuentagotas, han llegado. Los nuevos iPhone XS y iPhone XR se presentaron ayer de la mano de Tim Cook en el Teatro Steve Jobs, en pleno Apple Park, y ya podemos echar un vistazo a todas las especificaciones y detalles recurriendo a datos oficiales.
Los rumores han acertado. Pantallas OLED de 5,8 y 6,5 pulgadas, nuevas cámaras, almacenamiento de 512 GB… pero también ha habido algunos detalles en los que el público no ha quedado tan satisfecho. No son puntos decisivos, no provocarán que los usuarios dejen de comprar estos nuevos iPhone, pero sí que despiertan ciertas críticas.
Un punto que puede considerarse flojo es que los nuevos iPhone siguen utilizando el cable Lightning a USB 3.0, sin ser USB-C, de modo que seguimos sin la carga rápida que muchos terminales Android llevan disfrutando desde hace tiempo. Opcionalmente podemos adquirir un cable Lightning a USB-C y el correspondiente adaptador de corriente, pero ya es un gasto adicional. Además, el hecho de no tener USB-C todavía implica que la transferencia de datos no va a ser todo lo rápida que podría ser.
Otro punto es el precio que puede alcanzar el iPhone XS cuando queremos la máxima capacidad de almacenamiento. El iPhone XS Max de 512 GB llega a costar la friolera de 1659 euros, siendo así el iPhone más caro de la historia por encima incluso de muchos modelos de iPad o hasta de Mac.
Más detalles: ahora esos iPhone han dejado de incluir el adaptador de jack de auriculares a Lightning, de modo que ya no podemos utilizar los auriculares con la toma clásica gracias a ese adaptador. Hay que comprarlo aparte, cosa que no ocurría con los iPhone 7 y los iPhone 8. Queda bien claro que Apple empuja hacia el uso de auriculares inalámbricos.
Una cosa de la que se está hablando también es el peso de los terminales. Parece que el iPhone XS Max tiene un peso récord de 208 gramos. Lejos se quedan los 112 gramos del iPhone 5, casi la mitad. Su grosor respecto a los iPhone 7 y 8 también aumenta, aunque aquí Apple tiene el argumento justificado de la batería. De hecho muchos usuarios pedían a la compañía que dejará de adelgazar sus terminales para así poder tener más autonomía, y es lo que precisamente se está haciendo.
Y finalmente hay que destacar que, un año después de haberla presentado, Apple sigue sin lanzar la base de carga por inducción AirPower. Tampoco hay señales de unos nuevos AirPods con estuche de carga inalámbrico, como decían los rumores. Habrá que esperar unas semanas más para ver si finalmente tenemos un evento más en otoño para lanzar estos accesorios además de los nuevos iPad Pro.
¿Qué habría sido lo ideal en todos estos casos? Pues hay quien dice que los nuevos iPhone (quizás los XS por ser la gama alta) deberían haber incluido los AirPods, y además la carga por USB-C de 18W que se había filtrado en algunos esquemas. La buena noticia es que la carga por inducción de los nuevos iPhone XS es “más rápida” que la de los iPhone X, a falta de tener más detalles acerca de ese aumento.
De todos modos, aún con todas estas asperezas, la expectación por estos nuevos iPhone XS y XR es máxima. Las reservas de los modelos XS van a empezar pasado mañana, y pocas dudas quedan de que las ventas van a ser millonarias por todos los países en los que se lance. Podremos dar detalles de todo esto en cuanto las semanas pasen y todas estas novedades se empiecen a vender.
Fuente: Tecnoxplora