Robots inteligentes que trabajan de forma amigable con operarios, multisensores para la comunicación entre máquinas, realidad aumentada para visualizar prototipos, eso y más es lo que se denomina la revolución de la “industria 4.0” o de las fábricas “inteligentes” en donde el sector español busca embarcarse.
El llamado “internet de las cosas”, ese fenómeno en auge de conexión de gente, datos y máquinas, que está siendo impulsado por la proliferación de multisensores conectados entre sí, también está llegando a la industria para revolucionar los procesos tradicionales, con el objetivo de adaptar la producción a las necesidades particulares de cada consumidor en tiempo real.
El consumidor de esta era de las fábricas sin humos demanda cada vez más productos a “la carta”, diseñados por el mismo, y además los quiere rápido en casa.
Empresas punteras como Nike ya permite al cliente diseñar sus zapatillas: las texturas, los tipos de tejidos, los colores; algunos fabricantes de productos alimentarios como “muesli” dan la opción de personalizar los cereales (cantidades, ingredientes añadidos, embalaje).
Expertos en fabricación como el subdirector de Industria y Transporte de Tecnalia, David Sánchez, la ingeniera Loreto Susperregi, de IK4-Tekniker, o Javier Lizarralde, director de investigación de Ideko-IK4 han destacado que esta nueva forma de producir será clave para competir en el futuro y ya empieza a calar en España.
Especialmente, han precisado, en territorios como el País Vasco, en donde se han celebrado recientes citas con expertos internacionales para impulsar este nuevo concepto de fábricas “inteligentes”.
Los ingredientes de la nueva industria 4.0
Entre sus características está la robótica colaborativa, con máquinas que ayudan al operario en tareas repetitivas o peligrosas sin agredirlo al reconocerlo y con el que ya pueden compartir actividades en un mismo lugar físico.
También, sistemas ciberfísicos, con la proliferación de diminutos ordenadores con sistemas embebidos en la fabricación y enormes funcionalidades para procesamiento de información.
Asimismo, la sensorización, la visión inteligente y la realidad aumentada, con máquinas que aprenden por sí mismas bajo la tutela del operario que es pieza clave en esta fabricación, y al que ofrecen asistencia con tecnologías como gafas interactivas.
La fabricación aditiva o por capas también es fundamental en esta nueva industria porque ahorra tiempo y dinero frente a técnicas tradicionales como prototipos a partir moldes que resultan muy costosos cuando los pedidos son poco voluminosos.
Asimismo el “Big data”, esa tecnología de análisis de ingentes cantidades de datos que reutilizados con “inteligencia” ofrecen grandes funcionalidades, y que pueden almacenarse y procesarse en tiempo real desde sistemas de computación en la “nube”.
Con el “Internet de las cosas” en la industria, las personas gobiernan las fábricas cuyo diseño gira en torno a ellas, y en el caso de pérdida de alguna de ellas, la empresa incurriría en problemas económicos, según los expertos.
“La parte más barata de la fabricación se automatiza con robots y su control corre a cargo de personal cualificado”, ha añadido la ingeniera.
España, en igualdad de condiciones que otros para adaptarse a esta nueva industria
En esta incipiente carrera industrial bautizada con el pseudónimo de 4.0, España se encuentra en buena posición “en la parrilla de salida”, ha asegurado por su parte David Sánchez, subdirector de Industria y Transporte de Tecnalia.
“No podemos dejar pasar esta oportunidad”, porque hasta el momento, “ningún país se ha posicionado en cabeza”, ha añadido.
“Tenemos las herramientas, y las empresas tienen que ir avanzando ahora para incorporarlas en las fábricas”, ha agregado a su vez Rafael Lizarralde, director de investigación de IK4-Ideko.
Los países punteros en el concepto de industria 4.0 son Alemania y Estados Unidos.
De hecho, la alemana Siemens cuenta con una fábrica futurista en Amberg (Baviera), que es de las más “inteligentes” en Europa y que combina en su producción tecnologías de “big data” e inteligencia artificial, con excelentes resultados, ha precisado a Efefuturo Pascual Dedios-Pleite, consejero delegado de Industria de Siemens España.
“La fusión del mundo virtual y real a partir de imágenes en 3D y realidad aumentada permite jugar con las ideas en pantalla antes de testarlas y comprobar anticipadamente sus niveles de eficiencia”, ha añadido Dedios-Pleite.
“La industria española tiene la opción de subirse a esta revolución; quien no invierta se quedará fuera y eso afectará a su competitividad”, ha añadido el responsable de esta empresa implantada en España desde hace 120 años.
Enorme carestía de profesionales expertos en la industria 4.0
Las previsiones apuntan a que en la próxima década habrá un déficit de dos millones de profesionales especializados en este “Internet de las cosas”.
Tecnológicas y universidades se están movilizando para ajustar los perfiles estudiantiles a las nuevas necesidades del mercado. Es el caso de Cisco Networking Academy o en España, el centro universitario de tecnología y arte digital U-tad.
Uno de los miembros de su consejo asesor, Jorge Calderón, ha detallado a Efefuturo algunos de los nuevos profesionales que necesitan formarse en el marco del internet de las cosas para el ámbito industrial.
En Zebra Technologies se ha creado una plataforma en “la nube” que permite interconectar distintos dispositivos.
“Virtualizamos los dispositivos (por ejemplo, una pda u otro aparato en la planta de producción, sensores que miden variables como temperatura, humedad, etc), y todos esos datos están disponibles en la nube para explotarlos por la industria de forma conveniente”, ha explicado su director general para Iberia, Marco González.
Esta tecnología es especialmente útil para industrias como la farmacéutica cuyos productos exigen un rango de temperatura determinado desde que salen de la fábrica hasta que llegan al usuario y la computación en la nube permite controlar todo su recorrido.
Otra empresa puntera es SAP, que está desarrollando con BMW una plataforma en la nube que sirva de enlace entre la automovilística y socios externos para ofrecer servicios de aparcamiento, bebidas u otros.