Un equipo de investigadores estadounidenses desarrolla una herramienta para analizar la difusión de los bulos en Internet
Investigadores de la Universidad de Indiana, en EE UU, han lanzado una plataforma para seguir la difusión en Internet de noticias falsas. Hoaxy es un servicio abierto que permite rastrear de forma automática la propagación de las noticias con el objetivo de analizar el problema y poder diseñar estrategias que terminen con la desinformación que supone la difusión de noticias falsas, rumores y teorías de la conspiración. El sistema emplea una serie de rastreadores web para detectar enlaces a artículos publicados en sitios de noticias falsas. Después, mediante una Interfaz de Programación de Aplicaciones (API) de medios sociales, Hoaxy comprueba cómo se propagan estas noticias falsas por las redes. El usuario solo tiene que escribir en el buscador de la plataforma el tema que le interese y el servicio le devolverá un listado con todos las noticias falsas que se han publicado sobre el asunto.
La desinformación (amarilla / marrón) se extiende dentro de la red Izquierda: las conspiraciones de los chemtrails se mezclan con conversaciones sobre el cielo. Derecha: las campañas antivacunas penetran en las discusiones sobre la gripe.
Hoaxy está, por el momento, en versión beta (preliminar) y genera resultados de 132 sitios web conocidos por producir y difundir noticias falsas. Una búsqueda en Hoaxy sobre Hillary Clinton ofrece cientos de artículos con todo tipo de acusaciones, como una reciente en la que se decía que la candidata del partido demócrata había dicho de sus votantes que eran estúpidos, u otra en la que Obama decía de ella que no estaba cualificada para ser presidenta. La plataforma también ofrece resultados de teorías de la conspiración, como artículos relacionados con los chemtrails o el 11S. Tras la búsqueda inicial que ofrece el listado con todos los artículos sobre un determinado tema, la plataforma permite visualizar mediante dos gráficos el impacto que ha tenido en las redes, cuántas veces se ha compartido, en qué redes sociales y cuándo se ha hecho. El buscador también rastrea la difusión de los artículos que desmienten los bulos, aunque los investigadores que han desarrollado la plataforma aseguran que estos no son tan virales como los artículos falsos.
Rumores, noticias falsas y teorías de la conspiración son los principales objetivos de Hoaxy, pero el servicio también ofrece resultados sobre manipulaciones de noticias con una base de realidad. Un ejemplo que cita la web CNET es el resultado de la búsqueda en la plataforma sobre Amazon. El primer artículo que el buscador muestra es uno en el que se acusa a la compañía de hacer propaganda islamista subliminal en sus anuncios. La realidad es que la compañía lanzó un vídeo publicitario en el que se veía a un imán y un sacerdote encargándose regalos en Amazon el uno al otro. El artículo que acusaba a Amazon de hacer propaganda islamista fue compartido 1.202 veces en Twitter y 6.467 en Facebook.
La magnitud del fenómeno de los sitios web de noticias falsas ha puesto en alerta a muchas organizaciones mundiales como el Foro Económico Mundial, que ha incluido la desinformación digital entre los principales riesgos mundiales del futuro. Las otras amenazas son la crisis del agua, los principales fracasos financieros y la falta de adaptación al cambio climático. Los investigadores que han desarrollado Hoaxy aseguran que las plataformas de este tipo ayudan a comprender el fenómeno para desarrollar contramedidas efectivas.
Los investigadores llevan unos meses trabajando con la información recabada por la plataforma. El análisis preliminar de los datos obtenidos sobre el tráfico de noticias en redes sociales asegura que la difusión de noticias falsas está dominada por usuarios muy activos mientras que las noticias que desmienten los bulos tardan entre 10 y 20 horas más en ser compartidas por los usuarios. Los investigadores publicarán los resultados finales de este estudio en la 25ª Conferencia Internacional de la World Wide Web (WWW), que se celebrará en abril de 2017, en Montreal (Canadá).
Diciembre 2016
Fuente: EL PAÍS