Científicos de la Universidad de Groningen en Holanda han creado un tipo de implantes dentales impresos en 3D mediante una resina antimicrobiana que tienen la capacidad de matar a las bacterias por contacto y prevenir las caries.
Los dientes están recubiertos de un esmalte especial que los protege de cualquier agresión externa. Cuando esta capa va desapareciendo progresivamente por su descalcificación, deja de protegerlos y permite a los gérmenes presentes en la boca que puedan atacarlos.
El principal culpable de la caries es una bacteria llamada Streptococcus mutans (o S. mutans). Esta bacteria se transmite de la saliva de la madre o cuidadora al niño durante sus 30 primeros meses de vida y reside en la dentición, por lo que al menos el niño debe tener un diente para que se produzca la transmisión efectiva. La bacteria se alimenta de sucrosa y produce ácido como subproducto, degradando con ello el esmalte dentario.
La resina para el implante impreso está elaborada con sales de amonio cuaternario, un elemento que tiene la cualidad de eliminar las bacterias, que mueren al estar en contacto con el material debido a que las sales se cargan positivamente y rompen la membrana de los gérmenes a causa de su carga negativa.
“El material puede matar a las bacterias con el contacto, y además no es perjudicial para las células humanas”, dijo Andreas Herrmann, responsable de la investigación.
Para fabricar el diente artificial, los científicos en primer lugar diseñaron la pieza con las medidas y la forma personalizadas, y después utilizaron el compuesto para crearlo en una impresora 3D. A continuación, endurecieron el implante con luz ultravioleta. También imprimieron en 3D otros elementos dentales, como dientes de repuesto y aparatos de ortodoncia.
Para comprobar la eficacia anti bacterial del material, lo mezcláron durante seis días con muestras de saliva que contenía streptococcus mutans, comprobando que el compuesto había eliminado el 99% de las bacterias.
Otras pruebas tendrán que hacer antes de que el material sea usado en la clínica, ampliando su investigación así como su compatibilidad con pasta de dientes, refieren los investigadores.
Así mismo, también tienen que confirmar que el plástico sea lo suficientemente fuerte como para su uso como un diente. “Es un producto médico con una aplicación previsible en un futuro próximo, pero el proceso de ensayos es mucho mas corto que el desarrollo de un nuevo medicamento”, agrego.