Millones de nanotubos convierte la presión en pulsos eléctricos.
Un grupo de ingenieros de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha desarrollado un innovador sensor plástico, implementado sobre sistemas de piel artificial, que en conjunto son capaces de transmitir a las células nerviosas del cuerpo la sensación de presión y tacto que se ejerce sobre este compuesto , logrando así un invento que podría ser revolucionario.
De acuerdo con un reportaje publicado en el blog oficial de la Universidad de Stanford, esta nueva tecnología sería perfecta para complementarse con el creciente mercado de prótesis biónicas, donde compañías como Disney ya están desarrollando sus productos, llevando las cosas a un nuevo nivel, ya que esta piel sintética podría transmitir al momento sensaciones de tacto.
Los detalles de este invento serán publicados en el próximo número de la revista Science, pero ya se ha difundido un breve adelanto, donde explican el funcionamiento de este invento.
El sensor que produce las sensaciones se encuentra montado sobre una lámina de plástico con dos capas de piel sintética, de modo que la membrana de arriba contiene el sensor mientras que la de abajo integra el circuito que recibe, transforma y envía las señales recibidas al cerebro como pulsos eléctricos para reproducir la sensación.
Según detallan Zhenan Bao y Alex Chortos, autores del proyecto, el secreto de la efectividad de su sistema se debe a que entre ambas capaz existen millones de nanotubos, que reaccionan y se comprimen al recibir la presión física del tacto, codificando a partir de ellos las señales eléctricas que estimulan las partes precisas del cerebro para emular la sensación.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. Falta realizar pruebas en humanos y complementar los sensores para reproducir otras sensaciones distintas, como la presencia de calor, frío, raspones o cortaduras.