Lo normal, en un país civilizado, es que los peatones busquen un paso de cebra para cruzar la carretera, comprueben que el semáforo está en verde para ellos y crucen. En la ciudad alemana de Augsburgo era así hasta hace poco, pero ala circulación vial le ha surgido un enemigo inesperado: los smartphones.
El ayuntamiento de la localidad ha comenzado a detectar con preocupación que cada vez un número mayor de peatones circulan más pendientes de las pantallas de sus móviles que de los semáforos. Augsburgo no es un caso aislado. La empresa de inspección de vehículos Dekra ha llevado a cabo un estudio del comportamiento de los peatones basado en los datos de las cámaras de seguridad vial. El estudio revela que el 17% de los 14.000 peatones analizados consulta el smartphone mientras circula, y que en muchos casos el móvil es una fuente de distracción que termina en comportamientos que ponen en peligro al usuario. El estudio revela que el 22% de las víctimas mortales por accidente de carretera en la Unión Europea son peatones, y el 70% de esos accidentes tienen lugar en las ciudades.
Para tratar de reducir las distracciones de estos peatones tecnológicos, el consistorio de Augsburgo ha tomado una medida curiosa: instalar semáforos horizontales en el suelo para que las personas que caminan con la cabeza gacha debido al móvil puedan verlos con mayor facilidad.
No es la primera vez que una ciudad toma medidas poco usuales para tratar de encarrilar la circulación de los usuarios de teléfonos móviles. Hace un año en la ciudad china de Chongqing instalaron carriles de tráfico lento en las aceras para los que van pendientes del móvil. No falta quien piensa que la iniciativa es un despilfarro de las arcas municipales, pero en el ayuntamiento defienden su propuesta y explican que mejora el nivel de atención de los peatones. La medida llega después de que una adolescente muriera después de ser atropellada por un tranvía mientras miraba su móvil.