La compañía presenta un casco que no necesita un móvil ni PC para funcionar
Intel, el mayor fabricante de procesadores y un histórico de Silicon Valley, quiere formar parte de la revolución de la realidad virtual. De manera inesperada, en IDF, su cita anual con desarrolladores en San Francisco, ha presentado cómo la conciben. Project Alloy es el nombre de esta ambiciosa iniciativa cuya herramienta más visible es un aparatoso casco. Brian Krzanich, el consejero delegado de Intel, ha explicado que sus gafas no tendrán que estar conectadas a un ordenador para mostrar lo que han dado en llamar realidad mixta, en la que se funde la realidad aumentada, como hacen las gafas Hololens de Microsoft, o lasdesaparecidas de Glass de Google, y la virtual, como el caso de Oculus de Facebook o el modesto Cardboard impulsado también por el buscador.
La clave de Alloy reside en cómo se genera la inmersión y cómo se controla lo que sucede en este mundo virtual. Serán las propias manos, sin más aparatos adicionales, los que sirven para moverse en estos mundos recreados por máquinas. Alloy plantea la situación espacial de manera más compleja. En lugar de solo proyectar un espacio a través de las gafas, tiene en cuenta la localización del sujeto en el mundo real, por lo que sabe dónde están las paredes y objetos cercanos. Además, no hace falta un mando o unos guantes especiales para manejarlas, sino que los dedos de la mano ya cumplen con esa función.
Aunque el prototipo inicial es propio, Intel no pretende comercializarlo, sino que los fabricantes usen su tecnología para crear sus productos. Es decir, quieren replicar una de sus épocas más dulces, cuando sus chips formaban parte de los ordenadores personales de casi todos los hogares y oficinas. Aquella pegatina de “Intel Inside” volvería a estar en un nuevo aparato por nacer.
El ingenio de esta solución reside en que el casco está dotado con gran potencia. En lugar de usar la del móvil conectado a las gafas o un ordenador, las propias gafas hacen de unidad de proceso.
El propio Krzanich ha explicado cómo funcionará en un artículo en Medium, la plataforma de blogs de moda: “La realidad mixta propone un mundo de experiencias virtuales más dinámicas y naturales que nunca. Hace que mundos imposibles sean posibles. Toma en tus manos una raqueta de verdad, sin salir del salón y siéntete en Wimbledon. Pero olvídate del coste de tener que llenar cada rincón de tu habitación con sensores, tomar nota de la sala… O practica tuswing…”
Intel perdió el tren del móvil mientras mantuvo el foco puesto en el ordenador, tanto profesionales, como personales y portátiles. En los últimos años ha intentado recuperar terreno entrando de manera tardía en la telefonía y con más ímpetu en wearables (aparatos integrados en la ropa) y el Internet de las Cosas. Las gafas entran dentro de la estrategia de apertura a nuevos espacios, pero, de nuevo quizá no les acompañe el calendario de lanzamiento. El producto para desarrolladores comenzará a enviarse a finales de 2017. Lo que augura un lanzamiento comercial para 2018.
Como pasó con el PC, Intel cuenta con un aliado de excepción, Microsoft. Hololens, el casco de los de Redmond, será compatible con Alloy. El analista Patrick Moorhead celebra esta colaboración: “La historia dice que cuando nos va mejor cuando estas dos empresas colaboran que cuando compiten. No se alinearon en móviles y tabletas, y ha sido negativo para ambos”.
La independencia de Alloy, que prescinde del móvil o el PC, ha agradado a los analistas. El calendario de lanzamiento y la ausencia de precio han sido los aspectos más criticados. Gran parte de su éxito va a depender de los aliados que sean capaces de hacer. La adopción por parte de los desarrolladores, en cuya conferencia se dan cita más de 6.000, es crucial para asegurar que contarán con programas y contenido.