El pasado viernes 21 de septiembre se puso a la venta en España el nuevo iPhoneen dos versiones: XS y XS Max. Mientras que en generaciones anteriores las diferencias entre la versión normal y la Plus eran importantes, en esta ocasión son mínimas: el tamaño de la pantalla (5,8 frente a 6,5 pulgadas) y una autonomía algo mayor en el segundo caso. ¿Cuál elegir? ¿Merece la pena actualizarse? Durante la última semana el iPhone XS se ha convertido en nuestro compañero inseparable para ayudarnos a responder a estas preguntas.
Análisis y valoración
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Como suele ser habitual, las versiones ‘S’ de los smartphones de Apple mantienen el diseño de la generación anterior, pero añaden cambios en el interior más o menos importantes. Por lo tanto, nos encontramos con la misma pantalla OLED de 5,8 pulgadas de bordes redondeados, excelentes niveles de brillo y contraste y, como no, con el ‘notch’ —la pequeña pestaña negra en la parte superior— que se ha convertido en tendencia. También conserva el control por gestos desde su pantalla táctil y apuesta por identificar a su dueño con el rostro en lugar de la huella dactilar.
La principal novedad, que se traduce en importantes mejoras en buena parte de las funciones del terminal (por no decir todas), es la presencia de un nuevo procesador al que la propia firma ha definido como “el más potente e inteligente jamás incluido en un smartphone” y que hace que funcione rapidísimo con independencia de la tarea: jugar a los juegos más exigentes, editar vídeo… Es el chip A12 Bionic de 7 nanómetros —el primer procesador móvil con este proceso de fabricación—, y se compone de seis núcleos: cuatro de baja potencia diseñado para las tareas menos intensivas del sistema y otros dos de alta potencia para aquellas en las que se precise el máximo rendimiento. Es tan potente y ofrece un uso tan fluido que incluso es comparable con el del iPad Pro o con el del Macbook Pro de este mismo año.
Este procesador se complementa con una GPU (para los gráficos) de cuatro núcleos y un motor neuronal encargado de las tareas de aprendizaje máquina: permite que el terminal vaya aprendiendo con el uso diario sin que nos demos cuenta. Es el responsable, por ejemplo, de determinar cómo se aplica la tecnología True Tone en la pantalla (adapta los colores al entorno para que sean lo más fieles a la realidad posible). También de crear atajos personalizados en Siri según tus hábitos o de reconocerte con FaceID aunque tu aspecto haya cambiado desde que se configuró.
FICHA TÉCNICA
Pantalla: 5,8 pulgadas OLED Multi-Touch Super Retina HD, HDR, 2.436 x 1.125 píxeles (458ppp)
Procesador: Chip A2 Bionic, Neural Engine de última generación
Almacenamiento: 64 GB, 256 GB o 512 GB
Cámara: Trasera dual de 12 megapíxeles con gran angular (f1.8) y teleobjetivo (f2.4), zoom óptico 2x, zoom digital 10x, modo retrato, doble estabilización óptica de imagen, lente de seis elementos, flash True Tone y grabación de vídeo 4K hasta 60 fps. Frontal de 7 megapíxeles con apertura de f2.2, modo retrato, Retina Flash
Batería: 20 horas en conversación, 12 horas de navegación, 14 horas de vídeo. Carga rápida hasta un 50% en 30 minutos, carga inalámbrica
Sistema operativo: iOS 12
Tamaño: 143,6 x 70,9 x 7,7 mm
Peso: 177 g
Conectividad: Wi-Fi 802.11ac con MIMO 2×2, Bluetooth 5.0, NFC
Sensores: GPS/Glonass/Galileo/QZSS, brújula digital, microlocalización iBeacon, barómetro, giroscopio de tres ejes, acelerómetro, sensor de proximidad, sensor de luz ambiental
Otros: IP68, FaceID, Apple Pay, doble SIM
A oscuras
La cámara fotográfica también se ve muy beneficiada por la presencia del procesador A12 Bionic y el motor neuronal. Mantiene el doble sensor trasero, siendo el principal de mayor tamaño para que entre más luz (y eso beneficia a las capturas nocturnas, ya que los tiempos de obturación son menores) y con un angular algo más amplio. Con estas mejoras, Apple ahora sí que iguala a lo que ofrece actualmente la competencia. El sensor secundario (telefoto), por otro lado, conserva las características del integrado en el iPhone X y sigue empleándose para realizar fotografías con un zoom óptico de dos aumentos y en modo retrato.
Por defecto, la cámara tiene activada la función Smart HDR, un modo HDR mejorado que captura un conjunto de imágenes con diferentes exposiciones y las combina en una única imagen. De este modo ayuda a capturar el máximo de detalles, tanto en las zonas más luminosas como en las más oscuras. Lo mejor de todo es que es un proceso completamente transparente e inmediato, así que no nos damos cuenta de los millones de cálculos que están ocurriendo en el interior del teléfono.
Gracias a esta prestación, durante el día las fotos son nítidas, con colores realistas y con un correcto procesamiento, incluso en situaciones difíciles como contraluces o atardeceres. Durante la noche, las sensaciones positivas se mantienen, consiguiendo niveles de ruido muy reducidos e, incluso, permitiendo hacer zoom sobre las imágenes sin notar una excesiva pérdida de calidad. ¿Es la mejor del mercado? Probablemente otros modelos de gama alta le superen en situaciones concretas, aunque el funcionamiento global es equilibrado como pocos.
Destaca en especial en el modo retrato. Si el iPhone podía presumir de uno de los mejores (si no el mejor) resultados del mercado, con esta generación se ha potenciado aún más y se nota un paso adelante importante. El efecto de desenfoque del fondo es realista y se adapta muy bien a los contornos, con excepción de algún pequeño error en el pelo y otras zonas complicadas. Lo interesante es que ahora permite ajustar el desenfoque de la foto a posteriori, tal como ya hacían los terminales de gama alta de firmas como Samsung o LG. Por lo general, el efecto aplicado por defecto es el mejor y más parecido al que se consigue con cámaras dedicadas.
Este ajuste también se puede hacer con la cámara frontal, aunque los resultados son algo peores debido a que la separación de sujeto y fondo se realiza a través de software y no con una doble cámara.
Al igual que la fotografía se beneficia de un modo Smart HDR, el vídeo hace lo propio con un sistema de rango dinámico extendido que ayuda a capturar más detalles en las escenas en las que predominan muchas luces y sombras. Ayudado por un sistema de estabilización de imagen muy solvente, los vídeos salen menos movidos —se nota sobre todo si se graba con poca luz—, a la vez que los cuatro micrófonos integrados capturan un claro sonido estéreo.
Brillante
Hay pocos cambios relevantes más. La parte frontal y trasera están provistas de un vidrio más resistente (por suerte, no lo hemos comprobado), se ha mejorado la resistencia al agua hasta conseguir que aguante hasta 30 minutos a dos metros de profundidad y se ha añadido un nuevo color dorado al plata y gris espacial. Este tono, diferente a todos los que había utilizado la firma, no es nada estridente. Por el contrario, posee ciertas reminiscencias al cobre en los marcos y un reflejo brillante rosado en la carcasa trasera. Es realmente bonito.
LA COMPETENCIA
– Huawei P20 Pro. Compite por realizar las mejores fotografías con la integración de una triple cámara Leica: un sensor RGB de 40 megapíxeles, un sensor monocromático de 20 megapíxeles y un sensor de 8 megapíxeles con lente telefoto.
– . Complementa sus funciones con el uso de un stylus (S Pen) que puede emplearse para tomar fotos en remoto, pasar diapositivas o pausar y reproducir vídeos con solo pulsar el botón.
– Sony Xperia ZX2. El primer terminal de la japonesa con pantalla infinita apuesta por la reproducción de contenidos multimedia.
– LG G7 ThinQ. Con la Inteligencia artificial como protagonista, permite controlar todos los dispositivos inteligentes del hogar.
Apple también presume de que FaceID es más rápido, aunque el cambio no nos ha parecido realmente sustancial. Eso sí, es posible configurar dos rostros distintos mientras que hasta ahora sólo se podía registrar uno. No está pensado para dos personas diferentes (porque de hecho puede ser contraproducente y provocar fallos de seguridad), sino más bien para garantizar que te reconoce aunque vayas muy maquillada, por ejemplo.
Además, cuenta con soporte para doble SIM. Esta función tiene truco: sólo se incluye una ranura para tarjetas físicas y la otra se configura a través de una versión virtual (eSIM) de la línea secundaria. No hemos podido probarlo, ya que se activará durante las próximas semanas a través de una actualización de software. Por si eso fuera poco, hay muy pocas compañías que la ofrecen o que lo contemplan en sus planes a corto plazo. De momento, sólo se podrán beneficiar los clientes de Vodafone.
La vida sigue igual
Lo que no cambia (y nos hubiera gustado mucho que lo hiciera) es la presencia de un conector Lightning y del mismo cargador de 5W de siempre, lo que no nos permite beneficiarnos de las bondades de la carga rápida. Hablando de carga… el nuevo procesador tiene un consumo de energía muy reducido y, como consecuencia, no hemos experimentado problemas con la autonomía, completando el día siempre con margen.
Volvemos a las preguntas del principio. ¿Son suficientes estos cambios para dar el salto al iPhone XS? Para usuarios del iPhone X, probablemente no. El resto notará la diferencia. ¿Y mejor el modelo XS o el XS Max? Para nosotros, las dimensiones del XS suponen un equilibro perfecto entre tamaño de la pantalla y usabilidad. El Max, para muchos, resultará demasiado grande.
Fuente: El Pais