La movilidad en las grandes ciudades trae consigo distintos desafíos: la adopción de nuevos medios de transporte no contaminantes, el alivio de la congestión urbana, la lucha contra la contaminación y la readaptación del sector de la logística (camiones y furgonetas de reparto), que gana presencia con el incremento del comercio online.
“La movilidad del futuro es cooperativa y renovable, y los datos son la base para lograr lo que quieres”, afirma Javier Esquillor, especialista en ciclologística y parte de MARES Madrid, un proyecto de transformación urbana que a través de la economía social y solidaria busca fomentar iniciativas productivas en Madrid*.
La forma y rapidez en que nos llegan los productos a través de las cadenas de distribución son claves para la economía digital. El crecimiento del comercio electrónico es una de las razones por las cuales las ciudades comienzan a repensar la logística urbana, dado que ha aumentado la demanda de envíos y, sobre todo, la necesidad de encontrar vehículos que permitan cubrir, por ejemplo, la última milla de distribución de manera efectiva. Al mismo tiempo, sube la demanda de infraestructuras donde almacenar los productos antes de enviarlo a los clientes.
En la actualidad, la flota de vehículos de reparto de mercaderías representa entre el 20% y el 30% del tráfico de las ciudades y produce el 40% de la contaminación atmosférica. La aplicación de nuevas tecnologías en este ámbito permite optimizar los resultados y mejorar el desarrollo sostenible, por ejemplo con el internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) o los algoritmos detrás del reparto. Muchas empresas utilizan esta tecnología en sus flotas de camiones, lo que les da un control sobre la localización y estado de los vehículos o los consumos y niveles de emisiones.
Están apareciendo soluciones de servicios de entrega centralizados como las terminales de envíos de CityPaq, instaladas en distintos puntos de las ciudades; o alternativas como click&collect que reducen el traslado de productos ya que el cliente compra la mercadería y la recoge en la tienda seleccionada durante la transacción.
- Hacia una nueva movilidad
Esquillor asegura que la movilidad del futuro apunta a sumar valor con empleos de calidad en base a nuestras decisiones de consumo, con la descongestión de coches en las ciudades y la reducción de la contaminación del aire para mejorar la salud de los ciudadanos.
Por ello, las bicicletas comienzan a ser un importante medio de transporte gracias a la extensión y mejora de la red de ciclovías y las bicicletas públicas. Aplicaciones como Strava facilitan rutas para ciclistas, los conecta entre sí y les brinda un servicio de rendimiento deportivo.
Otros nuevos dispositivos como los monopatines eléctricos y sus variantes están acaparando la escena y llegan con los desafíos de su regulación. Las paradas de metro y autobús ya cuentan con dispositivos para anunciar el tiempo de espera, las redes de ciclovías motivan a los ciudadanos a usar bicicletas y las aplicaciones móviles facilitan a los usuarios la elección de rutas a realizar en el transporte público como CityMapper o Waze.
El transporte compartido es otro de los recursos de movilidad con más crecimiento. Con esta iniciativa se creó LaZooz, una aplicación móvil descentralizada que funciona con tecnología blockchain y generó un modelo colaborativo entre los usuarios, los cuales participan como creadores de contenido dentro del mismo servicio.
A su vez, las restricciones y los incentivos para el fomento de vehículos menos contaminantes, como los eléctricos, está planteando una transformación en la industria automotriz. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), durante abril de este año en España se han matriculado 1.260 vehículos eléctricos, un 127% más que en 2017. Además, el aumento de nuevos tipos de movilidad sostenible y compartida como los sistemas de carsharing (servicios de coche compartido) o de motos eléctricas (como Ecooltra) ayudan a reducir la contaminación y el número de vehículos, mejorando así el tránsito e incluso presentando un ahorro económico para los individuos.
- El futuro que mola…
Según Esquillor el futuro que mola en la intersección entre los datos y la movilidad es uno en el que la bicicleta es nuestra principal herramienta de trabajo y de transformación de la economía de la ciudad.
*Tras haber coordinado la hoja de ruta con las acciones a realizar hasta octubre de 2019 para desarrollar la ciclologística en Madrid, hoy Esquillor forma parte del equipo que coordina su implementación desde El Relevo, sociedad cooperativa madrileña gestada como parte de su trabajo en MARES y que articula 7 entidades: Mensos, La bici de Elliot, Black kvier, El plan B de bici, La Pájara Ciclomensaría,Ciclolutions y Okocicle.
Fuente: Retina El Pais