El mundo de los recursos humanos necesita un cambio estructural a varios niveles para garantizar su futuro. Una transformación del modelo que busca la estandarización y automatización de los procesos de atracción y selección de talento. Este proceso de digitalización requiere una inversión inicial de recursos que, a medio y largo plazo, permitirá a las compañías ahorrar tiempo, trabajo y costes.
Hoy en día, varios estudios afirman que el departamento de recursos humanos invierte una media de seis horas a la semana para elaborar las nóminas y gestionar los períodos de vacaciones y ausencias de la plantilla. Otros, como el realizado por Sage Business, asevera que, en 2018, la burocracia hizo que las pymes españolas sufriesen pérdidas valoradas en 20.000 millones de euros.
Un derroche de esfuerzo y recursos al que ya se está poniendo remedio. El uso de Big Data, la incorporación de internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial o la gamificación permiten a las empresas mejorar el desarrollo de su plantilla, aumentar el rendimiento de todos los actores y conseguir un mayor foco en el negocio. De hecho, según Deloitte, el 25% de los procesos de las compañías se realizarán mediante gamificación en los próximos años.
Empresas de la talla de Siemens garantizan que el uso de estas tecnologías mejorará la productividad de las empresas en más de un 8%. Tal es así que estiman que, en 2025, el Producto Interior Bruto (PIB) de la economía española se elevará hasta los 120.000 millones de euros como consecuencia de la digitalización. Las compañías trabajan muy de cerca con estos números y ya están invirtiendo en este tipo de procesos para optimizar sus servicios. No obstante, el camino es largo y estamos empezando a recorrerlo. Hoy, sólo un 5% del trabajo en España está automatizado y cerca del 50% de las empresas tienen en su estrategia la digitalización de los sistemas de recursos humanos.
La línea de trabajo en este sentido es muy clara. Cualquier inversión en pro de la digitalización de los recursos humanos debe ir encaminada a favorecer, agilizar y simplificar cualquier procedimiento. De esta forma, se mejora la productividad, tanto del empleador como del empleado, se optimizan los recursos y se simplifican los procesos burocráticos y mecánicos.
Solo las compañías que asuman la transformación digital como un cambio natural lograrán beneficiarse del nuevo paradigma empresarial e impulsar al máximo su eficiencia a nivel productivo y estructural triunfando, así, en este nuevo tablero de juego que ha traído de la mano la era digital.
Fuente: Cinco Dias