Investigadores en Islandia han logrado utilizar cables de datos actuales en la detección de movimientos sísmicos
“Esta técnica va a permitir rediseñar el modelo de la Tierra y entender mucho mejor qué procesos físicos actúan bajo la misma”
Nunca es demasiado pronto para anticiparse a un terremoto que pueda contar con consecuencias devastadoras, y en este sentido, la tecnología siempre ha jugado un papel protagonista a la hora de evitar males mayores. Sin embargo, los sistemas de detección de seísmos resultan costosos y su uso no está extendido por todo el globo, con lo que la eficacia se ve limitada. Establecer una red de detectores de forma masiva en las zonas más afectadas por los terremotos puede parecer desmedido, pero ¿y si se empleara una red ya instalada? Esta cuestión fue planteada por un equipo de investigadores alemán, que propuso utilizar como detector algo omnipresente bajo tierra en todo el globo: la red de fibra óptica que da vida a internet. Y lo han logrado.
En un estudio publicado en la revista científica Nature Communications, Philippe Jousset y Thomas Reinsch, investigadores del Centro de Investigación de Geociencias alemán, han confirmado que las redes de cables de fibra óptica desplegados por el globo pueden servir como eficaces sistemas de detección de los movimientos sísmicos. Para demostrarlo, este equipo de investigadores trabajó con científicos de Islandia, Reino Unido y Alemania para llevar a cabo trabajos de campo que corroborarían su teoría.
Para ello, este equipo envió señales láser a lo largo de un cable de fibra óptica ubicado en el subsuelo de la península islandesa de Reykjanes y que cuenta con una longitud de 15 kilómetros y que pasa por una zona con mucha actividad sísmica. Este cable atraviesa precisamente una zona de fallas que comprende la zona de fricción entre las placas tectónicas eurasiática y americana. La señal láser fue medida y analizada en su recorrido y comparada con información obtenida por sismógrafos. El equipo quedó maravillado: la red de fibra óptica ofrecía un nivel de detalle muy superior en lo que respecta a la resolución, “es más densa que cualquier red sismológica existente en el mundo”, escribió Jousset en el informe.
“Esta técnica va a permitir rediseñar el modelo de la Tierra y entender mucho mejor qué procesos físicos actúan bajo la misma”, explica CharLotte Krawczyk, responsable del estudio a EL PAÍS. “Este conocimiento nos permitiría hacer predicciones”, en referencia a la alerta ante terremotos. Con todo, la doctora advierte que su método no serviría en solitario para adelantarse a los movimientos sísmicos, “la física de los terremotos es muy compleja y se requiere la combinación de diferentes sistemas de observación”, explica, pero con este método “al menos podremos contribuir presentando imágenes en el momento de la deformación del subsuelo”.
La ventaja de este sistema es que emplea una red ya existente de cables subterráneos por los que circulan los datos que dan vida a internet y las telecomunicaciones, con lo que no sería necesario incurrir en mayores inversiones. Lo realmente llamativo es que resulta tremendamente preciso, llegando a detectar no solo los mencionados movimientos sísmicos, sino también hasta las pisadas de los peatones cuando pasaban por encima de ellos en las ciudades. La sensibilidad del método aplicado era tal, que llegaron a detectar desde Islandia un potente terremoto ocurrido en Indonesia a comienzos de año.
El hallazgo de este grupo de investigadores permitiría desplegar la precisa detección en zonas con alta actividad sísmica como Ciudad de México, Tokio o San Francisco. El equipo no ha dudado en describir el hallazgo como algo revolucionario en materia de detección de terremotos y su siguiente reto pasará por comprobar si es eficaz en los cables subacuáticos.